miércoles, 20 de febrero de 2019

El miedo mata porque nos lleva a tomar las peores decisiones


Una joven economista está en pleno tratamiento contra el cáncer y le harán muchas sesiones de quimioterapia.
Le extirparon un tumor en el cerebro y le aplicaron radioterapia.
Ahora para "consolidar" la cura de sus células malignas debe soportar días difíciles con vómitos, intolerancia digestiva, fatiga y caída de muchos cabellos.
Sus plaquetas y glóbulos blancos bajan a niveles peligrosos.
Su calidad sanguínea está deteriorándose por tanta agresión química.
Los oncólogos creen que ese sacrificio es necesario para aumentar las posibilidades de una curación o de aumentar la sobrevida.
Ella me pidió asesoramiento con la nutrición y le expliqué que si deja los lácteos, azúcar y harinas refinadas su cáncer está detenido, parado por falta de combustible.
Entonces ya está solucionado el problema.
¡Está salvada!
Y luego toma clases de cocina para que sus alimentos queden sabrosos y energéticos.
Ha comenzado una nueva vida.
Pero el departamento de oncología la cita para los "controles".
Y ella asiste y le dicen que los valores en sangre indican una seria disminución de las plaquetas que pone en duda la próxima sesión de quimio.
Aún así el médico recomienda hacer la siguiente sesión.
Y desaparece por varios días.
No hay señales de ella.
Luego me escribe diciendo que estuvo recuperándose de la debilidad de la medicación aplicada.
¿Pero si tenías las plaquetas bajas?
¿Por qué te pusieron esas medicinas tan debilitantes?
"Es que tengo miedo"....fue su respuesta.
Y confía en que sumando las dos medicinas tal vez haya un resultado exitoso.
Cuando más se debilita más miedo tiene porque el miedo es yin.
Y el miedo la lleva a más sesiones que la dejan aún más débil y atemorizada.
El cáncer está totalmente controlado con la óptima nutrición.
No hay necesidad de seguir con más sesiones.
"Pero tengo miedo".....un miedo que viene del lado de la ciencia y de la familia que no comprende y cree en la "química".
Es la diferencia entre comprender y no comprender.
Se juega la vida en ello.
La comprensión es más importante que el mismo arroz integral.
Pero como no comprende no tiene fe, ni estudia ni lee.
Se limita a hacer la dieta y permite que la ciencia alimente su inseguridad.
He visto tantos casos como éste, de jóvenes hermosas con una vida por delante, partir de este mundo dejando hijos pequeños y familias destrozadas.
El miedo mata porque nos lleva a tomar las peores decisiones.
Las que nos conducen a la destrucción de la salud y al fracaso total de nuestra misión en este mundo.

-Martín Macedo-

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