Nuestro cuerpo físico, es una maravilla de la ingeniería biológica. Está constituido por 50 trillones de unidades funcionales altamente inteligentes y evolucionadas, llamadas células.
A partir de una célula se puede crear un clon de nosotros. A partir de 50 trillones de células se podrían crear trillones de clones nuestros y se necesitarían varios planetas para alojar a todos nuestros "hermanos gemelos".
Nuestro cuerpo físico está destinado a ser luz, belleza y salud divina. La célula está hecha de moléculas. Y las moléculas están hechas de átomos. Los átomos están hechos de partículas sub atómicas. Las partículas sub-atómicas viven sólo una millonésima de segundo. Surgen y desaparecen millones de veces en un segundo.
Es decir que nacen y mueren millones de veces por segundo.
Y de esto está hecho nuestro cuerpo. De materia inestable que aparenta ser estable. Por lo tanto morimos y nacemos millones de veces por segundo.
Los antiguos sabios del oriente ya lo sabían. Decían que yin y yang están siempre juntos Vida y muerte coexisten en cada una de nuestras moléculas. Abracemos la vida y la muerte como quien abraza las fortalezas y debilidades de nuestro ser amado. Vida-muerte-vida-muerte se suceden a una velocidad infinita.
Lo importante no es vivir o morir. Lo importante es experimentar lo infinito en nuestro cuerpo finito. Lo importante es comprender que somos vida eterna. Que somos inmortales y que las infinitas vidas e infinitas muertes son sólo los valles y las crestas de las olas de la eternidad.
-Martín Macedo-
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