Los chamanes de los Andes creen que el agua está viva.
Y la saludan cada día como si fuera una amiga íntima.
Al igual que demostró Masaru Emoto, ellos saben que el agua es inteligente y sensible.
Y cuando necesitan una medicina, toman un vaso de agua, la saludan y le dicen “conviértete en medicina para mi cuerpo, para quitar este dolor”.
Con absoluta convicción.
Y se la beben y el dolor desaparece de inmediato.
Y estos rituales han sido su medicina durante miles de años.
Y ahora comparten su sabiduría con el mundo occidental.
Y los estudiantes de la sabiduría indígena aumentan en todo el mundo.
Convierten el agua en aspirina o en cafeína o en vitamina C según su voluntad.
Como nuestro cuerpo es agua en un porcentaje muy elevado podemos hacer un ritual similar.
Podemos hacernos amigos del agua y saludarla y presentarnos formalmente.
Y luego hablarle al agua de nuestro cuerpo, sabiendo que es sensible y receptiva a nuestras palabras.
“Convierte mi templo físico en la versión más bella, fuerte y poderosa que siempre he deseado”.
“ Convierte esta taza de caldo de verduras en la medicina más poderosa del universo”
Y poco a poco comprenderemos absortos lo poderosa que es la magia de estos antiguos rituales
-Martín Macedo-
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