martes, 19 de febrero de 2019

Si no eliges ser rico estás eligiendo ser pobre


No es posible inhalar y exhalar al mismo tiempo.
Ni trabajar y descansar en el mismo momento.
No puedes ser hombre y mujer a la vez.
En cada momento hay un exceso de yin o de yang.
El péndulo de la política está a la izquierda o a la derecha.
No puede estar en los dos sitios a la vez.
El día y la noche se alternan.
El frío y el calor se suceden.
Todos experimentamos dolor y placer.
Salud y enfermedad.
Por mucho que lo intentemos no podemos bajarnos de la rueda de la alternancia.
No podemos estar siempre sanos ni siempre felices.
No podemos ser pobres para siempre ni eternamente ricos.
Pero tenemos el poder de mover la rueda.
Con nuestras decisiones.
Cuando tomamos una profunda decisión estamos moviendo la gran rueda de la alternancia.
Y estamos eligiendo nuestro destino.
No podemos ser pobres y ricos al mismo tiempo.
Si no decides trabajar duro estás eligiendo ser complaciente.
Y si eres complaciente no tendrás éxito.
Hay personas pobres y personas ricas.
Las personas ricas eligieron ser ricas.
Usaron su poder de decisión para mover la rueda.
Y si no tomas la decisión de ser rico, estás tomando la decisión de ser pobre, porque hay sólo dos lugares hacia donde puedes moverte.
Muchas personas temen desear la riqueza.
Entonces no lo consideran una decisión válida.
Creen que no deciden nada, pero están decidiendo ser pobres.
Y es lógico.
Nuestra cultura nos ha inculcado que es pecaminoso ser rico.
Porque los ricos no entran al cielo.
Porque son materialistas y superficiales.
La ambición trae enemigos y mucha infelicidad.
Entonces elegimos "vivir" con lo necesario.
"No me falta nada".
"No me puedo quejar".
"Otros están peor".
Eso es pobreza disfrazada.
Si no eliges ser rico estás eligiendo ser pobre.
Si no eliges la salud infinita estás eligiendo la enfermedad crónica.
Si no eliges vivir con pasión infinita cada día de tu vida estás eligiendo una vida apática y aburrida.
La dualidad es así.
Nadie puede escapar de la alternancia de yin y yang.
Más vale aceptarlo y comprender el juego.
Y luego decidir cuál aspecto queremos experimentar.
La ola sube y la ola baja.
Y si no eliges subir con ella, se precipitará sobre ti y te revolcará y tal vez te rompas un hueso.
Porque la dualidad no entiende del bien y del mal.
Sólo expresa las dos caras.
Porque para eso fue creada.

-Martín Macedo-

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