miércoles, 6 de febrero de 2019

Perdonar a nuestros padres


Mientras vamos mejorando la nutrición y la calidad de la cocina es muy recomendable resolver conflictos emocionales pendientes.
Porque mientras no haya paz interior será difícil concentrarse en la tarea de materializar la salud infinita.
Muchas personas tienen largos conflictos con sus padres.
Los responsabilizan muchas veces de su infelicidad.
" Mi padre me obligó a estudiar derecho porque quería que yo lo reemplazara en su estudio jurídico".
" Mi madre estaba siempre en el negocio y apenas tenía tiempo para nosotros".
" No me dieron un buen ejemplo, mi padre tomaba mucho y mi madre no cuidaba su salud; fumaba y nos daba de comer comidas rápidas".
" Nunca me escuchó, nunca tenía tiempo para mi...sólo se ocupaba de traer el dinero para las necesidades materiales".
En lo personal siempre he lamentado que mi madre no me amamantara (no por falta de leche, sino por las incomodidades de la lactancia) porque su médico le dijo que la leche en polvo de Nestlé para bebés era excelente, tan buena como la leche materna.
Mi madre tenía 27 años, era su primer embarazo y tenía una excelente salud.
Pero prefirió seguir el consejo de los especialistas, aunque su madre amamantó a 11 hijos....confió más en la ciencia que en la sabiduría de los mayores.
Abrigar esa animosidad contra mi madre o contra la falta de ambición de mi padre no contribuye a mi salud emocional.
Todos tenemos cosas que no aprobamos de nuestros padres.
Ellos se equivocaron y sentimos que nos perjudicaron.
Y esos sentimientos no son buenos porque crean una tormenta y la perpetúan durante años.
Por esa razón debemos perdonarlos y comprender que hicieron lo mejor que pudieron dentro de las limitaciones que su familia y cultura les impusieron.
Cuando amamos y aceptamos a nuestros padres con sus debilidades y sus fortalezas, recién podemos amarnos a nosotros mismos.
Porque nosotros somos una proyección de ellos....no podemos poner una barrera mental...somos una extensión de ellos...... de nuestros abuelos y antepasados.
El amor y la comprensión vuelven a conectar todas las partes y recién allí hallaremos la paz.
Todos estamos aquí para aprender y todos hacemos lo mejor que podemos dentro de nuestro nivel evolutivo.
La paz se consigue en la aceptación y el perdón.
Pero si comemos los mejores alimentos sin arreglar estos asuntos familiares habrá un clima insano que deslucirá nuestros esfuerzos en el gimnasio y con la dieta.
Las culturas nativas de América y de otras zonas del mundo enseñan a cultivar una relación de amor con la madre Tierra y le ofrecen regalos y la saludan cada día.
Si estamos en conflicto con la Tierra no podrá haber salud en el hombre.
Si la ignoramos ella no podrá reconocernos como a sus hijos.
Si la utilizamos para explotarla como un objeto comercial se sentirá herida.
Y si ni siquiera le dirigimos la palabra se sentirá como una madre al que su hijo no le ha hablado por años.
Porque la Tierra es la madre que nos da vida, nos sostiene con vida y nos recibe cuando la vida biológica llega a su fin.

-Martín Macedo-

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