jueves, 5 de julio de 2018

Sabiduría antigua para el día a día




Hace más de 2 mil años los estoicos formularon premisas que podrían servirte para el aquí y el ahora.

En su última obra, llamada The Daily Stoic: 366 Meditations on Wisdom, Perseverance, and the Art of Livingeste autor retoma las enseñanzas de la escuela filosófica estoica, basadas en el dominio y control del ser bajo las azarosas condiciones externas que perturban la conciencia, para ayudarnos a encontrar la felicidad.
Los estoicos fueron ante todo una escuela por donde circulaba una sabiduría colectiva sobre la vida, y donde se ponía en práctica una moral y una ética que bien puede aplicar a los tiempos contemporáneos. Y la virtud que emanaba de sus principios, como también lo era la de Artistóteles, no tiene caducidad: mientras conduzcamos nuestra vida con ella no habrá nada que perturbe nuestra felicidad.
Los estoicos estarían de acuerdo con nosotros en que, hoy más que nunca, nos hace falta un poco de resiliencia. Y así es como ellos la planteaban, segur Ryan Holiday.

La realidad no lastima si no idealizamos

A veces idealizar –ya sea a los otros, o a una situación concreta– es lo que nos hace más difícil sobrellevar cualquier decepción. La resiliencia sólo se puede cultivar si entendemos la objetividad de la vida y dejamos de lado emociones cuya base sea una creencia irracional.
Los Estoicos dicen que no hay buenos ni malos eventos, sólo está la percepción. Shakespeare lo supo expresar bien cuando dijo, “Nada es bueno ni malo, sino el pensamiento lo hace así”. Shakespeare y los Estoicos están diciendo que el mundo a nuestro alrededor es indiferente, es objetivo. Los Estoicos dicen, “Esto me pasa a mi”, que no es lo mismo que, “Esto me pasa a mi y es malo”. Están diciendo que si te detienes en un primer momento, serás mucho más resiliente y mucho más capaz de sacar algo de bueno de todo lo que ocurra.

Controla lo que puedas, pero entiende la espontaneidad inherente a la vida

No todo se puede controlar, y eso lo sabían bien los estoicos. Por eso, un principio de vida es preguntarnos siempre si tenemos control sobre algo. Si no lo tenemos, no debemos preocuparnos.
Lo que los Estoicos dicen es que muchas de las cosas que nos preocupan no están bajo nuestro control Si estoy haciendo algo mañana y estoy preocupado porque quizá llueva y se arruine, ninguna cantidad de estrés que añada a la situación va a cambiar el clima. Los Estoicos dicen, “No sólo serás más feliz si puedes hacer la distinción entre lo que puedes cambiar y lo que no puedes cambiar, sino que si concentras tu energía exclusivamente en lo que sí puedes cambiar, serás mucho más productivo y efectivo también.”

Acepta lo que venga sin pasividad

Los principios filosóficos antiguos a veces son contradictorios. ¿Cómo aceptar el devenir de la vida, sin que eso se traduzca en pasividad? Bueno, es que aceptar y rendirse no son sinónimos. Más bien, aceptar es no negar, y eso es básico para alcanzar la plenitud virtuosa.
Aceptación para nosotros significa resignación, pero para los Estoicos significaba aceptar los hechos como son y entonces decidir qué puedes hacer al respecto. El problema es que, debido a nuestras expectativas respecto a cómo queremos que las cosas sean, sentimos que la aceptación es pasividad, cuando en realidad no tenemos idea de qué pudo haber pasado en lugar de lo que pasó. Lo que parece horrible quizá nos salvó de algo mucho peor. O quizá nos abrirá a alguna nueva y asombrosa oportunidad que aún no podemos concebir. Los Estoicos dicen, “No gastemos energía peleando contra las cosas fuera de nuestro control, vamos a aceptarlas, vamos a abrazarlas y movámonos para ver qué podemos hacer con eso”.

Acepta que existen mentores y nunca seas tu único maestro

No todo lo que puedas aprender está en ti mismo. Si bien cultivar la sabiduría interna es clave, lo cierto es que los estoicos formaban una escuela y, como en toda escuela, había quienes enseñaban y había quienes aprendían. Por eso, Holiday rescata lo que Seneca –el gran maestro de la escuela estoica– decía:
Nos gusta decir que no escogemos a nuestros padres, que nos fueron dador por azar. Sin embargo, podemos realmente elegir de quienes desearíamos ser hijos.
Hoy en día somos tan individualistas que nos olvidamos del mundo exterior. Más aún: nos olvidamos de que necesitamos maestros de carne y hueso para afrontar la vida –y no sólo ver tutoriales de YouTube–. Así que habría que retomar a Séneca y escoger padres espirituales que nos puedan orientar con su experiencia, para retomar así un diálogo más orgánico y más humano con la existencia.

Realiza rituales diurnos

Los estoicos no eran una escuela sólo de pensamiento, sino esencialmente de práctica. Ellos recomendaban algunos rituales, específicamente diurnos, para antes de afrontar el día. Según Ryan,
Los Estoicos pensaban que debemos empezar el día con un ritual a partir del cuál puedas recordarte a ti mismo lo que va a enfrentar. Marco Aurelio decía, “Hoy, la gente que enfrentarás será…” y entonces procedía a enlistar básicamente cada cuestión negativa con la que pudiera encontrarse en el curso del día. Eso no es pesimista, él decía, “Ahora que sabes esto, no tomes nada personal e intenta entender por qué la gente actúa de ciertas formas, y perdónalos y ámalos por eso 
Para llevar a cabo estas reflexiones recomendadas por los estoicos puedes aprovechar los amaneceres –que incluso la ciencia recomienda observar– y de esa forma canalizar las energías de tu día.

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