¿Y tú cuánto vales?
Algunos responderán: "yo no soy nadie".
Otros dirán: "soy un profesional reconocido e importante".
Otros: "soy un luchador que trata de ganarse la vida".
Otros: "soy un pecador que a pesar de su debilidad confía en el amor infinito".
Ohsawa dijo al final de su vida: "sólo soy un pobre viejo".
Auto estima.
Es un asunto muy importante.
Porque uno atrae en función de lo que cree que vale.
Quien estima que vale poco, atraerá experiencias de carencia.
Quien estima que tiene un valor inmenso atraerá experiencias que le confirmarán su gran valor como ser humano.
Pero nos han enseñado a ser humildes.
Y que la soberbia se paga con los fuegos eternos.
Pero soberbia es soberbia y una alta auto estima no son lo mismo.
Lo grande atrae a lo grande y lo mínimo atrae a lo mínimo.
Cristiano Ronaldo cree firmemente que es el mejor futbolista del mundo; recientemente Juventus le ofreció un contrato por 30 millones de euros.
Will Smith admite abiertamente que es el mejor actor del mundo.
Vladimir Putin dijo una vez en una entrevista: "soy el hombre más saludable de Europa".
Soberbio es quien se considera superior a otros.
Quien desvaloriza a otros colocándose por encima de sus hermanos.
Pero quien está convencido de que ha alcanzado la cima de un oficio, profesión o deporte gracias a su talento y trabajo duro, no es soberbio...simplemente está absolutamente confiado en su valor y en la legitimidad de su elevada posición.
Y no teme manifestarlo al mundo, como Muhammad Ali que gritaba a los cuatro vientos que era el mejor boxeador de su tiempo.
Si deseas tener salud infinita, felicidad infinita y alcanzar magníficos logros, debes elevar tu propia cotización.
Debes estimarte a ti mismo como un ser infinito.
Ya lo eres, así que no requieres convencer a nadie.
Sólo debes recordarlo.
Y cuando lo asumas completamente, habrás dado un paso de gigante hacia tu propia curación.
Un tipo de curación que ninguna dieta ni hierba puede conseguir.
-Martín Macedo-
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