viernes, 13 de julio de 2018

El avance y el retroceso no se pueden separar


El avance y el retroceso no se pueden separar.
Toda acción genera una reacción.
Cuanto más alto trepamos en la montaña más grande es el deseo de regresar.
Se trata de dos fuerzas colosales.
Que siempre están juntas, porque surgen juntas y se van juntas.
No hay ataque sin contraataque, ni acción sin reacción.
Quien promueve los buenos hábitos con infinita habilidad y talento, encontrará que otras personas se resistirán con voluntad de hierro.
Las primeras agrupaciones cristianas eran muy pequeñas y con una infinita devoción y entusiasmo comenzaron a expandir su fe.
Pero se encontraron con una fuerza reactiva, que se oponía con toda la ferocidad de un imperio con puño de hierro decidido a destruir a la "secta cristiana".
Todas las revoluciones encuentran en sus inicios una tremenda fuerza que se opone a su propósito.
Pero hay dos tipos de revolucionarios.
Los pequeños...son aquellos que se lanzan con fervor hacia su gran ideal, pero al encontrar colosales fuerzas que se resisten, terminan por resignarse, al ver lo difícil de la empresa.
Y los grandes...son aquellos que trabajan con un poder infinito, con un entusiasmo infinito, con una voluntad infinita.
Se hacen íntimos con el poder infinito.
Se identifican con Él y se funden en Él.
Cuando las personas se inician en la macrobiótica, la mayor parte lo hace con gran ilusión......pero no todos alcanzan el objetivo.
Por ello darles una simple hoja con alimentos permitidos y prohibidos no funcionará más que por unas pocas semanas.
Hay que enseñarles a conectarse con su poder interior.
Con la voluntad infinita que está dentro de cada corazón.
Con la pasión infinita que está en cada gota de la sangre de los valientes.
Y no es difícil.
Sólo tomar conciencia de nuestra naturaleza infinita.
Que no se puede ver con los ojos físicos.
Pero a la que se accede de inmediato mediante la respiración consciente.
Y de la meditación.

-Martín Macedo-

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