Torpemente,
muchas personas en este mundo se juzgan a sí mismas más que a nadie. A
menudo, un gran EGO es en realidad una máscara que esconde una falta de auto confianza. Construimos
una capa de EGO para que los demás piensen que somos maravillosos. Pero en la
noche nos vamos a dormir solos, sabiendo lo que somos realmente.
El
mayor problema al que se enfrenta la humanidad no es el valor del dólar o del
yen, sino el valor de uno mismo. Si no
tenemos certeza que somos especiales, si somos demasiado duros con nosotros
mismos, ¿cómo podemos esperar lograr lo que nacimos para hacer?.
Si no
nos damos cuenta de lo capaces que somos, ¿cómo podemos esperar crear una
diferencia en el mundo? Si no conocemos nuestro valor verdadero, la vida va a
estar llena de caos. ¿Por qué?
Porque
estamos creando una profecía auto limitante que se auto-realiza. Es casi como
si fuera una plaga, una plaga de falta de creencia, una falta de creencia en
nosotros mismos y en lo que podemos conseguir, ya sea espiritual o físicamente.
El miedo al éxito y el miedo al fracaso son básicamente lo mismo. Mucha gente que está en el camino de la espiritualidad ve su montaña de basura –imperfecciones, bloqueos y desafíos– y cuando no puede ver la cima de la montaña, dice que ha perdido la ¨esperanza¨.
Todos
tenemos basura. No estaríamos en este planeta si no tuviéramos algo que
limpiar. La única forma de escalar la montaña es tener la certeza de que
podemos escalarla, aunque a veces no estemos 100% seguros de tener lo que se requiere para lograrlo.
Si
entramos en la cancha de fútbol y pensamos que no podemos ganar, no vamos a
ganar. Requerimos tener la certeza de que podemos derrotar al Oponente, o
iremos pasando por generaciones y generaciones de caos.
Las generaciones de varios grandes Kabbalistas estuvieron muy cerca de llegar a la cumbre, pero se quedaron cortas. Nosotros no estamos aquí para quedarnos cortos. Estamos aquí para alcanzar una masa crítica de LUZ y GANAR y generar que se apague toda la oscuridad.
Podemos
superar nuestra montaña de EGO, no sólo en un sentido espiritual, sino también
en un sentido físico, en todo lo que hacemos. Pero no podemos hacerlo acampando
al pie de la montaña, escondiéndonos en su sombra y no darnos cuenta de que se
nos ha dado todo lo que requerimos para realizar la
caminata fatigosa.
Lo más efectivo que podemos hacer es tener la certeza de que todo puede hacerse, te desafío a que mires la montaña como si fuera un montículo. Requieres saber que antes de venir a este mundo, en realidad elegimos la basura específica con la que estamos lidiando en esta vida, no para ser prisioneros de ella, sino para superarla. ¿Sabes por qué? Porque PODEMOS, siempre que QUERAMOS. ¿LO QUIERES?
¿¿¿QUÉ
QUIERES???
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