jueves, 5 de julio de 2018

Vive aquí, vive ahora


Vive aquí, vive ahora

Controlar lo que ocurrió y preocuparse todo el tiempo por el futuro no nos ahorra sufrimiento. Algunas palabras para alentarnos a vivir el presente.

No es lejano el sentido de la palabra presencia en el concepto de “estar presente”. Las personas capaces de volcar su atención en lo que escuchan, en lo que dicen, en lo que miran a veces parecen rodeadas de magnetismo; es la fuerza que despierta la atención plena, el carpe diem, el savoir faire, el just as it is
Pero, ¿para qué molestarse en cultivar la atención si el instante presente es tan efímero?

Para dejar de estar atrapados en el sueño diurno de creer que podemos cambiar el pasado o anticipar el futuro. Aferrarse a lo que ya sucedió y querer ganarle a lo que está por venir: ¿qué lleva a la mente a este ir y venir? El miedo al dolor. De alguna manera el ego cree que si tiene control sobre lo que ocurrió y se preocupa todo el tiempo por el futuro, el conflicto o el sufrimiento pueden evitarse.

Lo que es en el aquí y en el ahora es todo lo que hay. En el momento presente damos forma, paradójicamente, al pasado y al futuro; tomamos desiciones, a cada instante. 
En la filosofía del budismo zen se suele escuchar que la libertad está donde tus pies están. Los pensamientos vienen y van, en grandes cantidades, y son ellos quienes nos llevan flotando entre las nubes. Si permitimos que esto pase, estamos dejando que la mente y sus pensamientos obsesivos nos controlen, cuando debería ser lo contrario. Esto no quiere decir que debas privarte de los sentimientos o ideas que van surgiendo, sino que debes observarlos y dejar que se vayan. 
La metáfora de los pies en la tierra es un buen aliciente; en la meditación se aprende a utilizar el cuerpo para controlar la mente, porque uno no está separado del otro. Pero no tienes que entrenarte con ardua meditación si no quieres. El solo acto de poner atención a todo lo que haces en el momento (por ejemplo, tu respiración) es ya una meditación (o un viaje al interior de nuestra mente). 
Tratar de vivir el presente nos da un reflejo de humildad de todo aquello que no podemos controlar. De que la vida depende de la próxima respiración. Al estar presente, aprendes. Absorbes información. Observas tus patrones. Estás más dispuesto a cambiar.
No dejes que el pasado cree tu futuro, mantente presente en el aquí y ahora.

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