El amor infinito recorre mis venas; llega a mis manos que anhelantes buscan las mejores palabras sobre el teclado de mi ordenador.
Quiero dar algo bellísimo, cada día a todos mis amigos de todo el mundo.
Cuando leo sus comentarios, sus expresiones de apoyo, sus "me gusta", una oleada de amor intenso recorre cada vaso sanguíneo como una medicina de alto poder que me acabaran de inyectar por vía intravenosa.
Por eso siento una ilimitada gratitud.
Y estas oleadas de gratitud y amor son una poderosa medicina que vosotros me regaláis cada día, todos los días al punto que ya no podría vivir sin ella.
Tú y yo somos una fuerza infinita.
Tú y yo somos expresiones infinitesimales de una fuerza infinita.
Sentirnos parte de algo grandioso nos convierte en grandiosos.
Sentir que somos sólo seres físicos luchando por existir en un mundo hostil nos convierte en pálidas expresiones de lo que somos.
Todo depende de este "sentir".
Eres grande cuando te sientes grande.
Eres hermoso cuando te sientes hermoso.
Eres próspero cuando te sientes próspero.
Y lo que sientes depende de tus pensamientos más consistentes.
Siento que tú eres parte de mi.
Siento que tú me amas tanto como yo a ti.
Siento que eres tan sagrado como yo.
Siento que somos gotas de grandeza danzando en el infinito.
Siento que el mejor regalo que puedo hacerte es ayudarte a comprender que eres parte de algo inmenso donde la salud sólo puede ser inmensa y la abundancia sólo puede ser inmensa.
Ese es mi regalo hoy y mañana.
Porque cuando te regalo a ti me estoy regalando a mi mismo.
-Martin Macedo-
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