viernes, 6 de septiembre de 2019

La yerba mate


Mis amigos de las redes me preguntan sobre la yerba mate.
Hay un fuerte hábito de beber esta infusión en esta parte de Sudamérica.
Para el cultivo de esta planta se requieren condiciones climáticas muy especiales y por esa razón sólo se la cultiva entre los paralelos 20 y 30 de latitud sur entre el océano Atlántico y el río Paraguay.
En esta región única en el mundo la temperatura siempre fluctúa entre los 20 y los 25 grados Celsius.
Además se requiere de precipitaciones abundantes, del orden de los 1500 milímetros anuales.
Y los suelos deben ser arcillosos; todos estos requisitos sólo se dan en esta zona de Sudamérica.
Se ha intentado cultivar yerba mate en América del norte, Asía y África, en condiciones climáticas similares pero todos los esfuerzos han fracasado.
Como la mayor parte de las plantas, la yerba mate contiene vitamina C, antioxidantes y sales minerales (magnesio y fósforo).
Pero tiene un alcaloide llamado mateína (similar a la cafeína) que le da sus propiedades de estimular fuertemente el sistema nervioso; esta estimulación le confiere la capacidad de estimular la actividad muscular y las actividades mentales de la misma forma que lo hace el café.
Cuando los estudiantes o los trabajadores deben mantenerse despiertos por muchas horas, recurren a esta infusión para mantenerse activos más allá de la resistencia normal del organismo.
El estímulo sobre el corazón es muy fuerte y por esa razón sube la tensión arterial sobre todo cuando se toma en cantidad.
Y se crea una mayor cantidad de orina por su efecto diurético haciendo que los nutrientes como el calcio, el magnesio y el hierro se fuguen por la orina.
La yerba mate es muy yin como el café y el té comercial.
Irrita el estómago al estimular la secreción de jugos digestivos.
Y tiene un efecto laxante muy intenso; los consumidores de mate no consiguen evacuar normalmente cuando no toman su dosis diaria.
Como la mayor parte de las plantas que crecen en las franjas tropicales y subtropicales la yerba mate es muy yin y su alcaloide crea una fuerte dependencia física y mental y por esa razón cuando le aconsejamos a alguien que deje el mate o lo reemplace por otra hierba medicinal como la ortiga o la uña de gato ponen el grito en el cielo como cuando a un fumador le ruegan que abandone su hábito.
En mi opinión el café, el mate y el té comercial son extremadamente yin al igual que el aceite de coco, el cacao y otros vegetales que se originan en zonas tropicales y esa fuerza crea expansión.
Cuando se toma mucho mate, cosa que ocurre con frecuencia porque es muy adictivo, se expande el cuerpo y disminuye la energía yang del riñón y del corazón.
Si queremos estar fuertes más allá de los 70 años, que es la época de la gran cosecha en la vida necesitamos fuertes riñones y un corazón poderoso.
Pero si tomamos desde la juventud, café, mate, chocolates y muchas frutas sólo por placer, estaremos debilitando nuestro núcleo de poder biológico y el resultado será la insuficiencia funcional de los riñones, el corazón, la glándula tiroides o el páncreas.
Los tomadores de mate lo hacen por puro placer, por puro hábito.
No se trata de una disciplina del cuerpo o del espíritu como estudiar, meditar o practicar yoga al aire libre.
Es sólo una práctica automática como fumar o tomar cerveza.
Un hábito que destruye la escalera hacia la salud infinita.
Por esa razón creo que hay un tiempo para tomarlo y otro para dejarlo.
Como el tabaco y otros estimulantes.
Un tiempo yin de auto complacencia.
Un tiempo yang de voluntad de hierro.

-Martín Macedo-

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