miércoles, 6 de febrero de 2019

Te conviertes en aquello que piensas


Te conviertes en aquello que piensas nos enseñó Siddhartha.

No es tan fácil como parece porque la mente agitada salta de un pensamiento al otro.
Esa inestabilidad la experimenta la gran mayoría de la personas.
Entonces no hay paz.
Hay agitación y conflicto.
La mente se llena de miedos y el ego intenta calcular todos los posibles movimientos para evitar sufrir algún perjuicio.
Como un soldado en el campo de batalla calculando los posibles movimientos del enemigo intentando emboscarlo.
La mente dividida no encuentra ni paz ni estabilidad.
Entonces el miedo controla todo el proceso creativo.
Y así podemos atraer lo que más tememos.
Encontramos muy difícil quitar la negatividad de nuestra mente.
Pero Siddhartha nos da una llave para escapar de la trampa del ego y todas sus preocupaciones.
Respirar profundamente y conscientemente.
Practicar el silencio y mantener la postura del cuerpo que se necesita para crear la paz en la mente.
El arte de la meditación.
No es una práctica para ascetas o místicos.
Es lo más natural para los orientales.
En India, China, Japón todos meditan a todas las edades todos los días.
Siendo culturas muy antiguas han aprendido a calmar la mente.
Porque si la mente no se aquieta es como querer pintar un cuadro en un tren en movimiento.
Por más talentoso que sea el artista.
Por más calidad que tenga la tela y las pinturas.
Por mucha experiencia que tenga en su arte.
Y aunque halla estudiado con los más grandes maestros de la pintura.
Hasta que no obtenga la quietud perfecta de la tela no podrá imprimir sobre ella lo que desea plasmar con el ojo de la mente.
Del mismo modo, hasta no alcanzar la quietud perfecta del cuerpo y el control sereno de la respiración, será imposible que los pensamientos más elevados dejen una profunda impresión en la gran matriz universal.
Que algunos llaman el inconsciente y otros llaman el Gran Poder.
Sólo durante la gozosa práctica de la meditación, se experimenta la suficiente paz para sentir que formamos parte de la totalidad del ser y allí no hay ni miedo ni conflictos.
Porque allí somos todo el poder y todos nuestros deseos se nos conceden de inmediato.
Aunque para verlos en el mundo de las formas se necesite algún tiempo mientras las energías más densas se organizan para plasmar las órdenes superiores que dan a todas las cosas sus formas.

-Martín Macedo-

No hay comentarios:

Publicar un comentario