La moneda tiene dos caras.
Todas las monedas del mundo las tienen.
Hay una cara que vemos y otra que no, como el lado oculto de la luna.
La luna es como una moneda que nos muestra una cara y nos oculta la otra.
Todos nosotros tenemos una cara que mostramos y otra que ocultamos.
Jung la llamaba la "sombra".
A nivel popular se dice: "las apariencias engañan".
Los niños sólo ven un lado y se entusiasman.
"Nos vamos de vacaciones....qué lindo...qué bueno...qué felicidad!!!"
O le piden a los Reyes Magos la bicicleta más bonita de la tienda.
Y cuando la reciben gritan de alegría.
El niño tiene poca experiencia, no consigue ver el lado oculto.
Sólo ve el lado aparente, el lado que es fácil de ver.
Su comprensión es superficial debido a su poca experiencia.
No ve los esfuerzos que hicieron los padres durante todo un año para poder financiar esa semana de vacaciones.
Pero el sacrificio está oculto a los ojos del niño.
Su comprensión solo "ve" las maletas y el muñeco inflable para la playa.
La gente es a veces como los niños.
Se entusiasman excesivamente con un lado de la moneda porque son incapaces de ver el lado oculto.
Sólo ven los beneficios, sólo ven las ganancias.
Como cuando le hacen publicidad a una nueva tarjeta de crédito.
"Nuestra tarjeta tiene muchos beneficios para usted, más que ninguna otra".
Y la gente se interesa....
También pasa con la salud.
La gente no ve o no quiere ver el lado oculto de la salud.
La posibilidad de curarse rápidamente entusiasma mucho.
Y sin tantas "complicaciones".
A mucha gente le atrae la cara de la "salud" pero no la cara oculta de la "salud".
Se entusiasman con un medicamento que produce milagros en todos los que lo toman.
Es el caso del MMS.
Suplemento mineral milagroso ( Miracle Mineral Suplement).
Es natural, es inofensivo, es barato y de aplicación universal.
Cura casi todas las enfermedades y se puede llevar a cualquier zona del mundo que esté pasando por una crisis sanitaria.
Y genera una gran atracción.
Como el agua de Lourdes.
Hace unos 25 años mi madre tenía unas cataratas avanzadas.
Tenía dificultades para cruzar la calle, veía tan borroso que cruzaba casi tanteando.
Entonces concluyó que ya era suficiente.
Viajó a Buenos Aires donde uno de los mejores oftalmólogos del mundo tenía su clínica y la operación duraba unos minutos.
Quitaba el cristalino y colocaba una lentilla de plástico.
Y la vista mejoraba inmediatamente.
Primero fue y se operó un ojo.
Y como quedó tan entusiasmada, al mes regresó para operar el otro ojo.
Sólo ventajas.
Rápido, fácil, sólo dejarse operar y pagar por los servicios profesionales.
Ahora las lentillas se han vuelto a empañar.
Pero no se puede reoperar.
Entonces fue a otro especialista y le aplicó láser para intentar quitar las telas de la lentilla.
Y quedó peor, ahora ve menos que antes de la operación.
Y pagó una gruesa suma para recibir el láser.
El lado oculto de la salud casi nadie quiere verlo y asumirlo.
Una cura rápida y fácil entusiasma a cualquiera.
Como casarse con una mujer guapísima.
Pero luego de algunos meses de convivencia se revela el lado oculto.
Todos la desean y la posibilidad de infidelidades es tanto mayor cuanto más guapa sea la niña.
La verdadera salud tiene un lado oculto no muy atractivo.
Se llama auto disciplina.
Pero la persona con experiencia lo comprende perfectamente.
Y abraza la vida disciplinada con la misma alegría con la que abraza la salud infinita.
-Martín Macedo-
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