miércoles, 6 de febrero de 2019

El azúcar destruye la voluntad.


El azúcar destruye la voluntad.
Su efecto yin es formidable.
Similar al de las drogas recreativas.
Disminuye la fuerza de la humanidad.
La entristece, la desanima, socava su autoconfianza.
Nuestro cuerpo es el instrumento con el que contamos para realizar nuestra misión.
Lo necesitamos para funcionar en el mundo físico.
Pero el 90% de la gente le pone azúcar a su desayuno.
Toma refrescos dulces, y hasta el pan contiene azúcar agregado en la levadura.
No sólo destruye los dientes.
También los huesos (osteoporosis).
Y es el combustible básico de las células cancerosas.
En toda reunión familiar la sirven generosamente.
"Celebremos la vida".
Junto a la familia y a los amigos.
Hasta el perro recibe su ración.
Cuánta gente dedica su vida a fabricar pan falso lleno de azúcar y masas que destruyen la felicidad del mundo.
Trabajan muy duro, a veces 12, 14 o 16 hs diarias para fabricar productos seductores pero que matan lentamente.
Bares, tiendas de chocolates, restaurantes bonitos.
Todos al servicio de la destrucción de la salud del mundo.
Y la gente se vuelve adicta al azúcar...y la toma toda su vida.
Incluso ancianas de más de 90 años se reúnen en confiterías para hablar de los buenos tiempos mientras toman su taza de chocolate.
Pero han aprendido a limitar las cantidades y por esos siguen con vida a pesar de ser adictas "inteligentes".
Nuestro glorioso cuerpo físico debería estar lejos de ese veneno.
Los chinos y los japoneses le tienen mucho respeto.
Y por eso los postres chinos son "sin gracia" al paladar occidental.
Los asiáticos han aprendido a venerar su cuerpo físico.
No por materialistas.
Sino porque saben que lo infinito busca expresarse en lo finito.
Lo más grande necesita a lo más pequeño para expresarse.
Y lo más pequeño necesita a lo más grande para ser feliz.
Sin salud no puede haber una conexión poderosa.
Es como querer conectar un aparato cuyo cable está oxidado.
Cuando se deteriora la biología las funciones superiores de los hombres permanecen inaccesibles.
Por esa razón los doctorados y las maestrías no otorgan verdadero conocimiento.
Si los doctores son adictos a los hidratos de carbono de cadena corta.

-Martín Macedo-

No hay comentarios:

Publicar un comentario