ESTAMOS ENAMORADOS ¿FUNCIONARÁ?.
La psicología del amor continúa su empeño por acabar de comprender que estar enamorados y que define la calidad de una pareja.
Enamora-miento y amor; ¿es lo mismo? En mi opinión, el amor es ese gran desconocido, a pesar de que tengamos de él numerosas definiciones. ¿Por qué digo desconocido? Porque es curioso cómo empiezan, cómo se mantienen y cómo terminan algunas historias de amor y precisamente la curiosidad viene por el desconoci-miento que tenemos en cuanto a la responsabilidad que nos toca asumir.
Enamora-miento y amor; ¿es lo mismo? En mi opinión, el amor es ese gran desconocido, a pesar de que tengamos de él numerosas definiciones. ¿Por qué digo desconocido? Porque es curioso cómo empiezan, cómo se mantienen y cómo terminan algunas historias de amor y precisamente la curiosidad viene por el desconoci-miento que tenemos en cuanto a la responsabilidad que nos toca asumir.
En psicología del amor podemos hablar de tres indicadores para identificar la calidad del vínculo de la pareja, que son la estabilidad, la satisfacción y el amor apasionado entre otros, pero son estos tres a los que les otorga mayor peso. Aun así, por mucho que sepamos sobre las parejas todavía no existe un concepto de calidad para definir claramente una relación.
Qué es el enamora-miento y sus síntomas
En cuanto al enamora-miento, es la expresión emocional que nos lleva a la elección de la persona, es un impulso que nos lleva hacia el otro. A raíz de la fusión de los enamorados (simbiosis) podemos decir que la persona se transforma configurando así ideas, valores y objetivos nuevos.
Así mismo, la idealización de la persona es un aspecto clave en esta fase de la pareja, ya que se perciben sólo las cualidades del objeto de amor y se niegan todos estos aspectos que podrían no ser de su gusto.
Cuando nos sentimos enamorados fantaseamos y recreamos valores que nos gustaría que tuviera nuestra pareja y de los que carece. Esta idealización es necesaria para conocer al otro, pero cuando ésta va cediendo y debemos ir integrando aspectos que mucho no me gustan de nuestra pareja, será el momento clave donde decidiremos si queremos seguir con la persona y el enamora-miento se transformaría en amor. Por el contrario, si no toleramos la realidad que percibimos en este momento y no la soportamos, seguramente la pareja se separe.
Nuestra elección de pareja nunca es casual, los síntomas del enamora-miento de los que hablábamos anterior sostienen una situación elegida. Para elegirla utilizamos mecanismos conscientes e inconscientes (sin olvidar los sociales y biológicos) que nos impulsan a hacer nuestro propio y único proceso de selección.
De esta manera, los mecanismos más conscientes radican en el hecho de elegir a quien nos agrada por las cualidades que para nosotros son atractivas (afinidad en algún hobby, belleza…) y como algo consciente decimos; “me gusta porque es guapo, me gusta porque comparte mis mismas aficiones…”. Por poner un ejemplo sencillo, si a mí me gusta un grupo de música y voy a un concierto de la banda, allí encontraremos gente que también le guste este tipo de música. Esto por si sólo ya es atractivo ya que es un espacio compartido en el que hay más probabilidades de afinidad y atracción. Pero vayamos más allá.
De esta manera, los mecanismos más conscientes radican en el hecho de elegir a quien nos agrada por las cualidades que para nosotros son atractivas (afinidad en algún hobby, belleza…) y como algo consciente decimos; “me gusta porque es guapo, me gusta porque comparte mis mismas aficiones…”. Por poner un ejemplo sencillo, si a mí me gusta un grupo de música y voy a un concierto de la banda, allí encontraremos gente que también le guste este tipo de música. Esto por si sólo ya es atractivo ya que es un espacio compartido en el que hay más probabilidades de afinidad y atracción. Pero vayamos más allá.
Los mecanismos inconscientes a la hora de elegir a nuestro compañero tienen mucho poder. Pensamos y sentimos “Me gusta porque es simpático, porque es generoso, porque es educado, porque es detallista, porque me cuida…” Incluso todos hemos llegado a escuchar; “pues no sé porque me gusta pero no me vuelve loca” y todo eso ocurre de manera especial y como un imán se establece una atracción muy difícil de definir.
¿Por qué digo mecanismos inconscientes cuando alguien podría decir por ejemplo; “pues yo soy muy consciente de que me gustan los hombres cariñosos”, porque esa atracción viene dada por carencias, deseos u otras características escondidas que conforman nuestra personalidad.
Enamora-miento y amor no es lo mismo
En toda pareja se establecen grados de colusión y no siempre restan, solo cuando se vuelven rígidos. El caso rígido sería por ejemplo “siempre soy cuidado y no me dejo cuidar nunca”. Todo irá bien hasta el día que deje de gustarte que yo te cuide porque inconscientemente dejaré de ejercer mi rol y eso ya no será atractivo para mí porque "necesito" cuidar a alguien, aunque conscientemente yo no lo sepa.
Entonces aquí se entra en una enmarañada y compleja situación que cada terapeuta aborda como mejor sabe, con sus recursos y conoci-mientos, sin olvidar también con una responsabilidad que queda oculta entre el desconoci-miento del amor.
De esta manera no es en vano que nos fijemos en alguien cariñoso si nosotros tenemos por ejemplo una "necesidad" imperiosa de cariño. Siguiendo con la línea psicoanalítica el termino colusión (juego inconsciente) fue una aportación que aplicado a la pareja se definió como “un acuerdo inconsciente que determina una relación complementaria en la cual cada uno desarrolla partes de uno mismo que el otro necesita y renuncia a partes que proyecta sobre el cónyuge”.
En resumidas cuentas, “yo renuncio a una parte de mi para dártela a ti”. Cada miembro de la pareja, elige un rol que ejercerá y que determinará su manera de amar en esa relación.
En mi opinión creo que cada miembro en una relación suele jugar más un rol que otro, pero lo importante es que ambos dos a veces lo jueguen. Es decir, puede que A suela hacer más de cuidador que B (que no está mal), pero si siempre es así y B nunca cuida a Aes cuando se generan dificultades en la pareja. Debe de haber un equilibrio en ambos miembros, aunque siempre en uno se dé más que en otro una función.
En terapia esto se puede divisar con bastante facilidad, pero lo complejo es cuando tenemos que reflejar al otro miembro de la relación de pareja que a veces A también "necesita" ser cuidado. Reflejar estos aspectos a la pareja es un proceso lento ya que suelen ser dinámicas bastante consolidadas y afianzadas.
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