sábado, 15 de diciembre de 2018

El Sueño de la Separación.


Tony Parsons



Todo lo que hay es Nada Siendo Todo y lo que aparece como parte de este todo es la creencia y la experiencia de ser un yo separado – un individuo en apariencia con su propio libre albedrío, elección y habilidad para actuar. Este suceso es únicamente humano y es llamado autoconciencia. Para la mayoría de la gente es la realidad. 

Esta sensación aparente de estar separado es la raíz del sufrimiento, de una carencia y un sentido de pérdida que conduce a las personas a buscar una vía de escape o resolución. Es el Ser soñando que está separado de él mismo, buscando por todas partes lo que ya es Todo. Es el sueño hipnótico de la separación que, para el soñador, es muy real. 

El dilema para el buscador, que está en el sueño, es que el sentido de separación le conduce a buscar una resolución, lo cual impulsa todavía más este sentido de separación. 

El desarrollo de una “mente” capaz de comprensión inteligente aparentemente trae consigo la habilidad de hacer elecciones y tomar acciones en un intento de negociar con “el mundo” en el que se vive. Estas negociaciones no son siempre satisfactorias y el individuo parece experimentar su propio dolor y placer. Además se desarrolla un gran respeto por los consejos y el control que emana aparentemente de la “mente” inteligente. Sin embargo, mientras existe una sensación de separación, hay una sensación de desasosiego o pérdida y hay una búsqueda para disipar esa sensación. Parece lógico que la “mente” inteligente deba ser capaz de investigar la causa de este desasosiego y descubrir la manera de disiparlo. 

La entidad separada sólo puede intentar imaginar o proyectar una idea de cómo es no estar separado. Lo que se busca es la posibilidad de un objetivo o estado futuro que se pueda realizar y por lo tanto, lógicamente, sea accesible. Por consiguiente, la función de buscar y la enseñanza acerca de esa transformación bloquean al buscador en un estado que se acerca continuamente a algo que no se puede comprender. Todo esto es la expresión del Ser, que surge como la buena, vieja, fiable y de fiar “mente” comprensiva funcionando como sólo sabe funcionar… en continuo movimiento y en anticipación. Es esta actividad para llegar a ser la que mantiene de forma muy efectiva al buscador en el sueño hipnótico de alcanzar algo que no puede ser alcanzado. Por supuesto, la Liberación puede ocurrir, aparentemente, a pesar de todo este esfuerzo. 

La única esperanza para el buscador, que está en el sueño, es creer que otra energía benévola (sea Dios, la Conciencia o algún maestro digamos iluminado) fuera motivada para guiar e influenciar al buscador a lo largo del camino por el cual se le conduciría fácilmente a la realización. Todas estas ideas de llegar a ser, de propósito y destino surgen del sueño mismo. 

La paradoja es que aunque el Ser se manifiesta como el buscador, que está en el sueño, el Ser no es un estado que pueda imaginarse, concebirse, alcanzarse ni comprenderse por quien lo busca. El Ser no requiere nada en absoluto… es Nada y Todo, está ya completo e inmaculado. Nada necesita ser cambiado ni alcanzado, perdido o encontrado, para que el Ser simplemente Sea. La apariencia de separación es simplemente la expresión del Ser. La idea de que se necesita alcanzar algo que ya es, es maravillosamente inútil. El Ser es un cómico con una audiencia que nunca ríe. 

El buscador, que ésta en el sueño, tiene una sensación de pérdida y de desmerecimiento, y por ello le son muy atractivas las enseñanzas de ensueño que implican purificación, un esfuerzo muy duro y comprometido, rendición, devoción y el desarrollo de la renuncia y el desapego. Hay cierta lógica de inevitabilidad y de respetabilidad en estas ideas que resuenan con la sensación de carencia. Este camino casi sin fin de esfuerzo asegura felizmente la continuación de la experiencia personal. Estas ideas parecen surgir de un muy considerable e históricamente fiable número de tradiciones del saber que por supuesto deben de ser respetadas, aunque sólo estén disponibles como palabras en trozos de papel. 

Dos caminos tradicionales que buscan una resolución, o escape, de esta sensación de separación son la meditación y la auto-indagación. 

En la meditación, parece posible, a través de la en apariencia propia elección y cierta guía, alcanzar ciertos estados de quietud y gozo que parecen mejores que sentirse un ser separado. La creencia está en que un esfuerzo continuo en la meditación solidificará el estado y lo hará al final permanente. Estos estados son tan solo experiencias personales refinadas que ocurren dentro del sueño-historia. Así que tal como otra actividad, que discurre en el tiempo, estos vienen y van. 

La auto-indagación es un proceso similar donde el objetivo está en que el individuo escoja ponerse en acción o haga el esfuerzo para alcanzar un lugar llamado conciencia que, sus profesores le han prometido, le traerá paz mental, alegría y el fin del sufrimiento. 

Se hace un gran énfasis en la necesidad de cumplir adecuadamente con esa investigación de los procesos mentales, etc., y con la necesidad de vigilar “de no ser distraído por pensamientos centrados en uno mismo”. 

Toda esta actividad se basa en el principio del indagador de “alcanzar la unidad” y mantener posesión personal de ella. 

El efecto del estado de ser consciente es aparentemente un movimiento hacia un lugar de desapego que en un primer nivel te hace sentir muy libre, poderoso y seguro… casi como estar en una caja de cristal desde donde la vida puede verse sin que el observador se vea afectado. Esto es aún una experiencia dual sutil dentro de la historia-ilusión de separación y por lo tanto transitoria. 

Ser consciente de como discurre la vida no es “Ser la vida” 

Predeciblemente el estado de ser consciente (mindfulness ó atención y conciencia plena en el Budismo) se olvidará o se perderá fácilmente, o puede verse abrumado por el pensamiento o por alguna situación emocional fuerte, por ejemplo. La caja de cristal se hace añicos y en el lugar que parecía que estabas parece perdido otra vez. El buscador, que está en el sueño, o empieza la auto-indagación otra vez, para darse otro empujón, o surge el darse cuenta de que ese ser consciente es tan solo otro refugio dentro del sueño de la separación. Todo esto es simplemente la expresión del Ser. 

Otra forma para el buscador, que está en el sueño, de evitar simplemente Ser es intentar entender o desarrollar cierta claridad sobre su propia naturaleza. Es muy fácil quedar atrapado en conceptos de “Advaita” o “no-dualidad”. La reiteración de forma singular e inexorable de ideas tales como “todo lo que hay es Ser”, “todo es expresión del Ser” o “no hay nadie” son una forma árida y simplista de comunicación. No se dirigen o dan luz al dilema aparente del buscador, que está en el sueño, y obviamente ignora la esencia energética primaria de la vida implícita en simplemente Ser. 

Decir continuamente que estar despierto o estar dormido no es relevante porque “Ser es todo lo que hay” es como decirle a un ciego que está bien ser ciego porque “ver es todo lo que hay”. Es puro idealismo. Por supuesto, no hay tales cosas como estar dormido o estar despierto, pero esto no se ve hasta que no haya nadie mirando. 

La comunicación de El Secreto Abierto no depende de conceptos claros, no importa cuantos conceptos confusos puedan ser expuestos. El habla ocurre y las palabras tan solo pueden apuntar hacia otra posibilidad que está más allá de la expresión verbal. Es un mensaje nuevo y eterno que está oculto en las escrituras y pasado por alto o rechazado por la “mente”. 

La idea de una enseñanza preceptiva, guía o el ofrecimiento de cualquier tipo de ayuda sencillamente no se produce. Este es un mensaje sin esperanza ni consuelo de ningún tipo para el individuo, aunque el buscador, que está en el sueño, todavía cree que hay algo que se ofrece… esa es la función de la búsqueda. Es también posible que todo lo que quede sea nada, y entonces otra posibilidad podría surgir. Sin embargo, no hay orden del día o motivo porque nada está a la venta. 

Es posible que surja la claridad, pero el entendimiento absoluto no es la liberación. No obstante, toda esta comunicación conceptual es secundaria al elemento principal que es el más revelador. Este elemento principal es energético, lleno de vida de manera impersonal… implícito, un deseo vibrante de sencillamente Ser. Es un cambio energético, que es en apariencia pasar de la contracción a la infinidad. Esta infinidad no puede ser poseída y por ello no puede ser dada. Su simplicidad confunde completamente a la “mente”, pero lo que surge es un reconocimiento impersonal de que no hay nadie ni nada para ser liberado. Todas las ideas de separación, sufrimiento individual, libre albedrío, elección, significado y propósito, destino, jerarquía y tradición, son sencillamente vistas por nadie como el juego, dentro del sueño, del Ser. 

Parece que la “mente” buscadora está fascinada por la dificultad y la complejidad. La totalidad de este tejido de la búsqueda está llena de historias de grandes edificaciones, que aparentemente han surgido de unos comienzos sencillos. Budismo, Cristianismo y tantos otros dogmas, surgen y crecen y luchan unos contra otros por ver quien tiene mejores dioses. Catecismos de pecado y mérito, grados de conciencia y niveles de iluminación son estudiados, diseccionados y han sido motivo de luchas. 

La mente adora la idea de la iluminación como algo distante, virtualmente inalcanzable, lugar perfecto de gozo permanente, libre de sufrimiento y repleto de omnisciencia, omnipresencia y otros muchos omnis importantes danzando alrededor, gritando cosas raras y salvando al mundo. Y por supuesto, ya que toda esta gloria y exclusividad tienen que ser conseguidas, parece que tiene que haber un largo trayecto a través de la noche oscura del alma, un sin fin de karmas pasados, pecados originales, pensamientos-correctos, acciones correctas y preparación para el bardo. “Es un relato contado por un tonto, lleno de sonidos y furia, significando nada.” 

Sin embargo, el Ser Natural es de forma constante tan ordinario y tierno. Cuando se ve es. Cuando se evita es. No requiere esfuerzo y no tiene normas. Siendo eterno, no hay camino que andar, ni deuda que pagar. Cuando esto se escucha y la confusión se disuelve, cuando la contracción y la lucha por alcanzar algo se derrumban y la energía vibrante de estar vivo se hace obvia, algo más es visto, de forma muy natural, por supuesto, porque ya es todo lo que es. 

1 de Julio de 2006 


EL SUEÑO DE LA SEPARACIÓN - TONY PARSONS - LA TRADICIÓN

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