sábado, 1 de septiembre de 2018

El ego


El ego tiene pánico de equivocarse.
Pero el ser infinito aprecia el error ya que siempre deja una enseñanza.
Quien se equivoca mucho aprende mucho.
Pero para el ego eso es inadmisible.
Tenemos una naturaleza dual.
Un gran sabio convive con un gran tonto.
Un ser de poder infinito convive con un frágil cuerpo efímero.
Una parte nuestra va en aumento y otra va disminuyendo.
Yin y yang están dentro nuestro, a veces domina una y otras domina la otra.
A veces domina el sabio y otras domina el tonto.
Por momentos tenemos una voluntad de hierro y otra veces no queremos dar un paso, vamos arrastrando los pies.
Debemos hacer las paces con los dos lados....en vez de sentirnos "culpables" por nuestra naturaleza "inferior", "pecadora", "poco valiente" o "floja"......
Es nuestra naturaleza, somos así, inhalamos y exhalamos, nos levantamos y nos caemos, comemos y ayunamos, ganamos y perdemos.
La paz perfecta se consigue comprendiendo que ambos lados de la moneda son perfectos y han sido colocados allí por la inteligencia infinita.
Y así sentiremos gratitud infinita por ambos lados.
No hay viernes sin lunes, no hay días de calor sin días fríos.
No hay salud absoluta sin haber enfrentado la debilidad y el miedo.
Aceptamos la dualidad, la contradicción que somos.
Y elegimos expresar como tendencia dominante la que prefiramos.
Así expresaremos salud infinita sin destruir a la enfermedad.
Prosperidad infinita sin combatir a la pobreza.
Felicidad constante sin sentir pesar por las adversidades.
Porque el Orden del Universo garantiza la vida de ambos lados, porque además de ser inseparables, se nutren y se fortalecen uno al otro para que su fuerza no disminuya jamás.
Pero para comprender en profundidad se requiere nutrirse según las antiguas tradiciones de los sabios y maestros de este Orden.
La macrobiótica que eleva el nivel de comprensión al máximo.

-Martín Macedo-

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