martes, 3 de abril de 2018

Velocidad es libertad


Velocidad es libertad.
Ayer reflexionamos sobre la velocidad de los aviones para ascender hacia los cielos.
El venado debe ser veloz para escapar de las garras de los leones.
El león debe ser veloz para conseguir presas que se desplazan hábilmente y que dan duras y mortales cornadas a quienes se les acercan con intenciones "felinas".
Los gorriones son tan ágiles, tan espléndidos, están tan alertas.
Esto los hace tan bellos y magnéticos.
En los mares también vemos una gran velocidad en las formas y acciones.
Ohsawa en su sexta condición de la salud atribuía 10 puntos a la rapidez de juicio y ejecución.
Actuar y pensar con velocidad y elegancia es una expresión de excelente salud.
Y al igual que el venado o el antílope, nuestra libertad depende de la posibilidad de pensar y actuar con precisión y rapidez.
A veces arrastramos viejos problemas durante años o durante vidas enteras hasta que finalmente y con un gran esfuerzo conseguimos resolverlos.
Esta belleza en las formas y las acciones es un reflejo de tener a "la naturaleza" integrada en nuestras células, en nuestra sangre, en el agua sagrada que nos forma.
Si la naturaleza se absorbe en forma de alimento y bebida, "somos" naturales, "somos" la inteligencia infinita, "somos" la belleza natural y eterna, y finalmente "somos" la eterna juventud.
Ya que la vejez o la juventud dependen de la salud y flexibilidad de nuestros vasos sanguíneos.
Soy joven cuando me siento joven.
Soy viejo cuando me siento viejo.
Ohsawa nos dice que es imposible cumplir todas estas 7 condiciones de la salud sin observar una disciplina estricta en nuestra forma de alimentarnos como lo hacen todos los seres vivientes que viven respetando el orden natural.
No podemos pretender que todos sigan este orden. 
Otros preferirán quebrarlo hasta su último aliento y si queremos convencerlos nos tirarán con todo lo que tengan a mano con tal de que nos callemos.
El alma humana requiere la experiencia más amplia, subir y bajar todas las montañas, recorrer infinitos lugares y sentir el dolor y la gloria para madurar como alma y continuar su evolución.
Y nosotros no debemos interferir con esa magnífica aventura.
Porque la gloria y la agonía se alimentan mutuamente.
Como los herbívoros y carnívoros que se estimulan y fortalecen durante siglos ininterrumpidos y quien quiera quitarle el drama al proceso de la vida salvaje, estará quebrando una estabilidad establecida por al inteligencia infinita desde los orígenes de la vida primordial.
Todo es perfecto así como es.
Los que sientan atracción por la macrobiótica que nos sigan.
El resto lo hará en otras vidas o en otros mundos.
Por eso debemos practicar con pasión sabiendo que es la mejor forma de generar una poderosa influencia sobre el mundo, ya que los que están preparados vendrán sin que los llamemos.

-Martín Macedo-

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