Cynthia Stafford es una afroamericana que vive en California.
Hace 10 años, cuando tenía 46, la vida la puso contra las cuerdas.
Su hermano falleció repentinamente, en un accidente de tránsito y los cinco sobrinos pequeños quedaron desprotegidos.
Como era madre soltera aceptó el desafío de darles un hogar donde pudieran crecer felices y en familia.
Para ocuparse de los niños y dedicarles más tiempo tuvo que reducir su jornada laboral lo que disminuyó los ingresos para alimentar a los pequeños.
No pudo cubrir los gastos de la hipoteca y el banco pronto la dejaría sin su casa.
La imperiosa necesidad de solucionar este problema la llevó a buscar en las fuentes de la sabiduría y "casualmente" llegó a sus manos "El poder de la mente subconsciente" de Joseph Murphy.
Ella estaba receptiva, abierta a beber sabios consejos para poder ayudar a sus sobrinos pequeños.
Entonces comprendió que la mente tiene mucho poder y que podría emplear este poder para ganar la lotería.
Anotó en un papel la cifra 112 seguida de muchos ceros, en realidad 112 millones y lo guardó bajo su almohada.
Cada mañana lo leía y visualizaba el momento de recibir el cheque y todas la cosas que haría incluyendo a qué instituciones benéficas haría generosos donativos.
Asumía cada día que ya lo había ganado, se sentía ganadora mientras disciplinaba su mente y emociones para vivir en el sentimiento de que era una multimillonaria.
Hizo esto durante 90 días.
Trabajó tan bien con su mente y emociones que su convicción de que iba a ganar era absoluta.
Finalmente ganó 112 millones habiendo comprado un billete por 2 dólares.
Se compró una casa cuatro veces más grande con piscina, el coche que había visualizado y se fue con los niños de viaje de placer a París.
Su sueño era hacer películas y lo que hizo fue crear su propio emprendimiento de películas documentales.
Visualizó todo esto antes de realizarlo.
También al compañero ideal, que tuviera las cualidades que ella buscaba encontrar y resultó ser su entrenador personal.
La dificultad crea la facilidad.
Si no hubiera sentido esa dificultad no hubiera ni siquiera terminado la lectura del libro.
Enfocó su poder porque la vida la puso en una situación donde era todo o nada.
Nadie quiere pasar por tantas dificultades, pero es allí donde encontramos nuestro poder infinito, nuestra fuerza infinita y nuestra capacidad divina.
Diez años después Cynthia sigue con sus películas, mantiene su fortuna y ha hecho enormes donativos en el área de California a instituciones benéficas.
Ella lo dice abiertamente: esto lo hice gracias a la visualización.
Pero pareciera que los seres humanos dormimos un largo sueño y cuando despertamos hacemos un despliegue fastuoso de nuestros poderes.
Tal vez por esa razón Ohsawa enseñaba que la dificultad crea la facilidad, y que por eso debemos agradecer siempre por las dificultades ya que cuanto mayor sea la dificultad mayor será la felicidad que vendrá después.
La abundancia llueve sobre todas las manifestaciones de la divinidad, pero la mayoría abre un paraguas llamado creencias limitantes, paradigmas y un innecesario temor a la grandeza.
-Martín Macedo-
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