Hay muchos temores que a menudo pasan desapercibidos porque no nos atormentan tanto como los planteados para el miedo, pero que también limitan nuestras decisiones y nuestro comportamiento en general. Es decir, no son miedos que nos paralicen por completo, pero, como nos generan incomodidad, solemos evitarlos, coartando así el despliegue total de nuestro potencial.
Llamas a un amigo para ir a tomar algo. Te comenta que a ha quedado con otras personas pero que puedes apuntarte tú también. Tú te habías imaginado un encuentro íntimo y tranquilo con tu amigo y querías explicarle alguna cosa que te preocupa. Con lo cual, la presencia de varios desconocidos te incomoda. Tu reacción habitual hubiera sido rechazar la invitación y dejar el encuentro para otra ocasión. No lo hagas. Exponte a situaciones que no
controles totalmente y descúbrete a ti mismo desenvolviéndote en ellas. Si te abres a circunstancias distintas de las habituales, descubrirás:
Personas distintas a las habituales;
Oportunidades distintas a las habituales;
Sensaciones distintas a las habituales;
Facetas de ti mismo distintas a las habituales.
Esta variedad de experiencias enriquecerá el concepto que tienes de ti mismo y tu vida en general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario