En la escritura japonesa hay un ideograma que representa a una figura dando alimento a otra.
La traducción de ese ideograma es.... "te quiero".
Cocinaré para ti es, en la mentalidad oriental tradicional equivalente a te cuidaré, te protegeré, te daré fuerza y aumentaré tu vida.
Mi amor se convertirá en comida y así comerás de mi amor.
Quiero cocinar para ti el resto de mi vida.
Recientemente un amigo me pidió una asesoría para mejorar su salud, ya que está con un sobrepeso considerable y la presión arterial controlada en base a fármacos que debe tomar constantemente.
Tiene una familia a la que cuida y protege.
Ama a su mujer y a sus hijos.
Todos cultivan los valores espirituales promovidos por su religión.
Entonces lleno de entusiasmo inició el cambio de alimentación para mejorar su salud.
Pero su familia no lo acompaña.
"Cocínate tú....nosotros vamos a seguir con nuestra comida de siempre".
En España me consultó un hombre por un problema de hipertrofia de la próstata.
Tanto él como su esposa conocían la macrobiotica porque curó a su hijo cuando era pequeño.
Pero luego la abandonaron y al cabo de muchos años él comenzó con problemas prostáticos.
Su esposa le dijo: "cocinaré para ti".
Ambos se fueron a Omedetto y tomaron clases.
Ella estaba súper interesada tomando notas y observando todos los detalles para cocinarle.
Sin embargo mi amigo no se sentía fuerte.
Ella le cocinaba pero no practicaba.
En la consulta lo dejó bien asentado: yo voy a cocinarle pero voy a seguir tomando mi chocolate con leche en la mañana.
Yo le aconsejé que se cocinara él mismo porque si ella estaba sin equilibrio energético sus platos reflejarían esos extremos.
Aunque ponía mucho empeño en aprender la técnica, su interior estaba enfermo.
En los momentos de adversidad se revela el lado oculto.
Tal vez la apariencia sea bonita, una cara bonita, un cuerpo bonito, una casa bonita, viajes, vacaciones en el caribe.
Pero el lado oculto muestra un profundo egoísmo.
Hasta las hormigas demuestran más amor.
Todas entregan su vida y su vitalidad para el bien colectivo.
En la familia es igual.
Porque la unión hace la fuerza.
Si todos ponemos nuestra voluntad en la dirección de la felicidad, la vida en familia será maravillosa.
Pero si la convivencia se convierte en una especie de pulseada donde cada uno trata de sacar ventajas, se convierte en una prisión.
En la Escola Musso el profesor Kikuchi sólo admite chicas en las clases de cocina.
Porque según él, las mujeres deben cuidar la salud de la humanidad.
Pero en nuestras clases y en el resto de las escuelas los hombres también pueden aprender.
Porque todos tenemos derecho a la salud infinita.
Y no podemos quedar a la merced de la buena o mala voluntad de otros.
Todos podemos ser chefs.
Todos podemos cuidarnos y cuidar al mundo con nuestras preparaciones.
Porque la mayor revolución del mundo es la revolución de las cocinas.
-Martín Macedo-
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