CARIÑO ,TE AMO PERO NO TE NECESITO
El cariño, el llamado amor tiene mucho de creencias y de carencias, de expectativas, de deseos de tipo "que el otro me complete", de buscar una media naranja para formar una naranja completa, cuando cada uno de nosotr@s deberíamos ser naranjas,o limones, completas.
Estamos llenos de creencias irracionales del tipo: "Si me despiden, es el acabóse", "debo hacerlo todo bien", "deberían tratarme con consideración y justicia" y "las cosas me deben ser favorables" son exigencias infantiles, más ahora en nuestra " época Peter Pan y Wendy." Es decir, el universo: tengo que, debo de ...
¿De dónde surgen esas creencias?
Se transmiten socialmente, bajan con muchísima frecuencia de nuestros ancestros, son mensajes que nos convierten en débiles y neuróticos. La creencia errónea en la carencia, se transmite de generación en generación y se plasma en las relaciones que establecemos.
“Necesito tener “ a mi lado alguien que me ame, de lo contrario, ¡qué vida más triste! Debo tener un piso en propiedad o soy un fracasado. Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con ella.
La soledad es muy mala. “Tengo que “ tener una vida emocionante, trepidante, de lo contrario mi vida es un desperdicio. "Debo de tener" un gran coche... Más siempre es mejor.
UCDM dice: “ Nuestra sensación de ser inadecuados, débiles y de estar incompletos procede del gran valor e identificación que le hemos otorgado al "principio de la escasez" el cual rige al mundo de las ilusiones.
Desde este punto de vista, buscamos en otros lo que consideramos que nos falta a nosotros. "Amamos" a otro con el objeto de ver que podemos sacar de él. De hecho, a esto es a lo que en el mundo de los sueños se le llama amor. No puede haber mayor error que ése, pues el amor es incapaz de exigir nada.
¡Qué agobio.! La necesititis es devastadora y nociva para la salud mental. No es cierto que para ser felices necesitemos amor sentimental, éxito, hijos, no tener problemas. Si mantenemos estos deseos sin expectativas, nuestra mente estará sana. Si ocurre el hecho nos alegraremos y si no ocurre no habrá ninguna expectativa a cumplir, entonces también nos alegraremos.
Tener pareja no produce tanta plenitud como puede parecer, si no, las consultas de los psicólogos no estarían llenas y no habría el baile y cambio de cromos de divorcios actuales.
No hay que exigir tanto a la vida, a los demás, ni a uno mismo. Pero si esas creencias son irracionales, ¿cómo localizarlas?
Hay que revisar a diario cómo pensamos, detectarlas, combatirlas con argumentos y desarrollar nuevas creencias racionales. Toda creencia es una idea ,con otra se puede cambiar.
Pavlov hacía llamar con una campana a sus perros a la hora de la comida. Cada vez que sonaba la campana sabían que era la hora de comer y antes de hacerlo ya salivaban y se ponían en marcha los jugos gástricos. Poco a poco puso la sexta de Beethoven y fue bajando el sonido de las campanas hasta que las hizo desaparecer. Al inicio de la Sexta ya venían los perros. Se había cambiado una asociación por otra, o una idea por otra. Lo hubiera podido hacer con un dibujo, un cambio de temperatura, cualquier cosa cambiante...
Al contrario, ser capaz de estar abajo con orgullo y de buen humor te hace más consciente y te permite disfrutar más de la vida. Hay que tolerar la frustración. No siempre conseguiremos nuestros deseos, pero no pasa nada, la vida sigue siendo bella. Eso es ser realista. La eficacia está sobrevalorada: todo lo que perdemos con los errores que cometemos, por ejemplo en nuestro trabajo, es obviable, pero no lo es la paz interior que perdemos obsesionándonos con la perfección.
La felicidad no depende de logros o situaciones ideales, sino de nuestra salud mental. Amores y desamores son termómetro de nuestro bienestar. Uno está preparado para tener pareja cuando puede decirle: "Cariño, te quiero mucho, pero no te necesito nada". (frase dicha por E.Corbera cuando conoció a su segunda mujer, más exactamente fue: Te quiero, pero no estoy enamorado de ti. Hasta que se lo explicó.)
Las exigencias y tensiones que causa el amor dependiente, ese que nos trasmiten continuamente a través del cine o la música -"Sin ti yo muero"-, es un mensaje neurótico. Creer que tu pareja "tiene que" (idea irracional de Albert Ellis) hacerte feliz es mucho exigir y te amargará cada vez que algo falle, por minúsculo que sea.
Yo creo que si Romeo y Julieta se hubieran casado, en su matrimonio no habrían durado más de un año como mucho y habrían quedado para ir al psicólogo matrimonial. El mero hecho de cambiar de barca, no te garantiza que la navegación vaya a ser favorable, ya que continuamos yendo con las mismas mochilas, las mismas creencias y como dijo Albert Einstein: "si siempre haces lo mismo, no pretenderás obtener algo distinto", el reemplazar no es aprender, el cambiar es trascender y sobre todo el saber remar en la pareja es emprender un viaje entre dos.
Artur Garcia (con pequeños ajustes desde la Mirada de la Responsabilidad Extrema)
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