jueves, 5 de marzo de 2020

El ego

El ego nace con nosotros cuando venimos al mundo. Cuando somos niños, a través del cariño, del amor, del cuidado, sentimos que somos buenos, valiosos, que tenemos alguna importancia.

Nace un ego, un "centro". Pero este centro es un centro reflejado. No es nuestro verdadero ser. No sabemos quiénes somos, simplemente sabemos lo que los otros piensan de nosotros. Y este es el ego: un reflejo de la opinión de los demás. 

Si cuando somos niños nadie piensa que somos útiles, nadie nos aprecia, nadie nos sonríe, entonces también nace un ego. Un ego enfermo, triste, rechazado, como una herida, sintiéndose inferior, sin valor.

Esto también es el ego. Esto también es un reflejo.

Primero es la madre la que crea nuestro mundo. Después otros se le suman a la madre y así ira creciendo el mundo del niño.

Y cuanto más crecemos, más complejo se vuelve el ego, porque las opiniones de muchos más son reflejadas.

El ego es un fenómeno acumulativo; es el subproducto de vivir con otros.

Y como lo real, sólo puede llegar a conocerse a través de lo falso, el ego es una necesidad.

Se requiere atravesar y trascenderlo para vislumbrar lo que realmente somos.

Lo real puede ser conocido solo a través de lo ilusorio. No puedes conocer la verdad directamente. Primero tienen que conocer lo que no es verdadero. Primero tienen que encontrar lo que es falso. Y es a través de ese encuentro cuando se vuelven capaces de conocer la verdad. Si conocemos lo falso como falso, la verdad despertará en nosotros.

El ego es una necesidad social. Y todo el mundo refleja. Iremos a la escuela y el maestro reflejar a quiénes somos. Seremos amigos de nuestros compañeros y ellos también nos reflejarán quienes somos.

A la sociedad no le interesa que lleguemos a conocernos a nosotros mismos.

La sociedad crea un ego, porque el ego puede ser controlado y manipulado. Nadie ha escuchado jamás que la sociedad pueda control ar al SER: eso no es posible.

Luego poco a poco nos convencemos de que ese ego que la sociedad nos da, es lo que somos.

El ego siempre es sacudido; siempre está en busca de alimento, que alguien lo aprecie, que le den atención. Si nos quieren, estamos felices, si nos desprecian creemos que no valemos nada.

Obtenemos la idea de quienes somos por los demás. No es una experiencia directa.

Vivimos con ese centro falso sin saber que llevamos nuestro verdadero SER dentro nuestro.

Intenten comprender esto tan profundamente como puedan, porque el ego debe ser controlado.

De lo contrario, nunca seremos capaces de alcanzar el SER. Porque nos hemos vuelto adictos a ese centro falso y no podemos salir de él, nos hemos convertido en prisioneros.

Al desechar al ego podemos sentir que perderemos todos los límites y nos sentiremos aturdidos, aterrorizados, estremecidos, como si hubiera ocurrido un terremoto..

Pero si tenemos valor y no retrocedemos, si no volvemos a caer en el ego y continuamos y seguimos más allá de él, hay un centro escondido dentro de ti, que has llevado por tantas vidas.

Es tu alma, el SER!!!
Si cuando somos niños nadie piensa que somos útiles, nadie nos aprecia, nadie nos sonríe, entonces también nace un ego. Un ego enfermo, triste, rechazado, como una herida, sintiéndose inferior, sin valor.Esto también es el ego. Esto también es un reflejo.
Primero es la madre la que crea nuestro mundo. Después otros se le suman a la madre y así ira creciendo el mundo del niño.
Y cuanto más crecemos, más complejo se vuelve el ego, porque las opiniones de muchos más son reflejadas.
El ego es un fenómeno acumulativo; es el subproducto de vivir con otros.
Y como lo real, sólo puede lleg ar a conocerse a través de lo falso, el ego es una necesidad. Uno tiene que pas ar a través de él y trascenderlo p ar a vislumbr ar lo que realmente somos.
Lo real puede ser conocido solo a través de lo ilusorio. No puedes conocer la verdad directamente. Primero tienen que conocer lo que no es verdadero. Primero tienen que encontr ar lo que es falso. Y es a través de ese encuentro cuando se vuelven capaces de conocer la verdad. Si conocemos lo falso como falso, la verdad despert ar á en nosotros.
El ego es una necesidad social. Y todo el mundo refleja. Iremos a la escuela y el maestro reflej ar á quiénes somos. Seremos amigos de nuestros compañeros y ellos también nos reflej ar an quienes somos.
A la sociedad no le interesa que lleguemos a conocernos a nosotros mismos.
La sociedad crea un ego, porque el ego puede ser controlado y manipulado. Nadie ha escuchado jamás que la sociedad pueda control al SER: eso no es posible.
Luego poco a poco nos convencemos de que ese ego que la sociedad nos da, es lo que somos.
El ego siempre es sacudido; siempre está en busca de alimento, que alguien lo aprecie, que le den atención. Si nos quieren, estamos felices, si nos desprecian creemos que no valemos nada.
Obtenemos la idea de quienes somos por los demás. No es una experiencia directa.
Vivimos con ese centro falso sin saber que llevamos nuestro verdadero SER dentro nuestro.
Intenten comprender esto tan profundamente como puedan, porque el ego debe ser controlado.

De lo contrario, nunca seremos capaces de alcanz ar el SER. Porque nos hemos vuelto adictos a ese centro falso y no podemos salir de él, nos hemos convertido en prisioneros.
Al desech ar al ego podemos sentir que perderemos todos los límites y nos sentiremos aturdidos, aterrorizados, estremecidos, como si hubiera ocurrido un terremoto..
Pero si tenemos valor y no retrocedemos, si no volvemos a caer en el ego y continuamos y seguimos más allá de él, hay un centro escondido dentro de ti, que has llevado por tantas vidas.
Es tu alma, el SER!!!

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