"La vida es un sueño que sueñas con tus esquemas mentales. Cuando dices que te divierte, entonces la vida te divierte. Cuando por el contrario crees que te aflige, entonces te afliges. Y por mucho que puedas estar divirtiéndote, en algún momento llegará el tedio.
Nada en la vida es firme: al acercar la mirada, la felicidad parece infelicidad o la infelicidad felicidad. En realidad no hay ni una cosa ni otra, ni alegría ni pena. Nada ha de ser de una determinada manera; todo está bien tal como viene. Son las personas las que montan todo un teatro alrededor. Es la vida.
Si te pones a analizar la vida en serio, advertirás que eso que llamamos "felicidad" e "infelicidad", "alegría" y "pena", "cielo" e "infierno", "iluminación" e "ilusión" no tienen la menor consistencia. Es como si habláramos en sueños. En realidad, hace tiempo que estábamos ya en las buenas manos de la verdad omnipresente.
La vida es una comedia. Para ti sería mucho más fácil si te dijeras que en esta obra representas el papel del criado. Pero como tomas esta representación teatral por la realidad, no estás conforme con este papel. Si por el contrario se te adjudica el papel de ministro, entonces sacas pecho. Incluso hay quienes se echan a llorar porque se les ha pasado la hora de la función.
Muchas cosas en la vida no son más que productos del cerebro: conceptos que hemos ido llenando de aderezos. Hemos de volver a nosotros mismos y ver el mundo tal cual es, desnudo, sin nuestras fabricaciones. El Dharma del Buda no significa otra cosa que eso. Hemos de olvidar de una vez todo lo que nos han enseñado, lo que sabemos de oído. Sin embargo nos dejamos engañar por el saber que hemos acumulado, por lo que hemos aprendido en la escuela o hemos visto en la televisión.
No hay nada que puedas agarrar, nada que sea definitivo. En el momento en que te desprendes de todas las ideas que te has fabricado, ahí comienza el camino."
Kodo Sawaki
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