La “ bio” no es psicomagia, bola de cristal o tarot de Marsella. Parte de una premisa que es “la emoción”, por eso su nombre.
Cuando un consultante pregunta al consultor este intenta saber algo de él y comienza preguntando : “ etiquétame brevemente tu pregunta, haz un hilo argumental simple , describe el escenario, el momento estrés, y el consultor buscará el momento semilla...” etc
Curiosamente dejará hablar poco al consultante , ya que el inconsciente de este no se atreverá a aceptar la realidad e intentará boicotear al consciente dando una información inexacta o incompleta...
“Déjame escucharte en silencio”, dice el consultor.
Es decir, preguntará: dónde, con quién estabas , que hacías y qué emociones tenias etc ,? siempre en presente.
El lenguaje corporal , lo repetido , lo omitido , el orden de los personajes, la omisión de alguno de ellos , el lapsus linguae, etc nos sirve para “ ver” al consultante.
Luego preguntará: ... para qué ?
No pregunta por qué , dónde, cómo ? etc estas preguntas no interesan porque nos darían una visión del “ exterior” que no nos interesa sino que queremos que el consultante “ se enfrente” con él mismo, sus miedos y su sombra y desde allí responda.
“ Para que te permites tener esta experiencia” ?
“ Para que “ ? es una pregunta muy correcta en bio, fundamental.
Y con la respuesta emergerá una pequeña parte del inconsciente al consciente, con lo cual una parte de la sombra se hará consciente y unos cuantos “ programas” desaparecerán.
Cuando alguien dice:
“ dolor pie derecho o han entrado hormigas en mi casa “ , con esa escasa información no podemos conocer nada del que hace la pregunta. Quizás podriamos sacar la bola de cristal si hiciéramos en lugar de bio el tarot.
En el peor de los casos se puede mirar en un diccionario , pero eso ya no está personalizado, es algo genérico, estándar, vale para cualquiera, casi sin valor alguno, yo diría que sin información.
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