Cuando hablamos de metástasis, indirectamente estamos haciendo alusión al cáncer.
Por lo tanto, eso nos lleva a preguntarnos ¿cuánto sabemos acerca de este síntoma que hace estragos en nuestro tiempo? Al hablar de esto casi lo único que sabemos es que no tiene cura, que hay que someterse a un protocolo médico que incluye quimioterapia y/o rayos, y que comienza una lucha entre la vida y la muerte.
Pero, qué tal si decimos que puede que no sea así? Que el Dr. Hamer al enunciar sus cinco leyes biológicas descubre “que aquello que llamamos enfermedad es un aconteci-miento lógico y razonable, un programa especial de la naturaleza que ataca en los lugares donde la función vital normal se ve perturbada, ya sea en el hombre o en el mamífero”.
La primera denominada Ley Férrea del cáncer, se enuncia como “todo programa especial, biológico y sensato; se origina en un shock inesperado, extremadamente agudo, y vivido con senti-miento de aisla-miento o en soledad, que se produce casi al mismo tiempo en los tres niveles: Psíquico, cerebral y orgánico (y podríamos agregar: energético) casi sincrónicamente”.
El tipo de shock, provocado por un diagnóstico-pronóstico, una palabra que cala profundo, el conflicto o la vivencia y la intensidad de la misma, determinarán el lugar en el cerebro (visible a través de una TC) y el órgano o tejido afectado. De lo dicho, vemos que el cáncer que consideramos una enfermedad mortal (y la mayoría de las enfermedades), es un programa de la naturaleza para resolver un conflicto de tipo biológico el cual descubierto y resuelto, por acción o superación, el programa desaparece porque ya cumplió su objetivo, su sentido por el cual fue creado; o sea lo que llamamos enfermedad, se cura.
Muchos individuos afectados por esta enfermedad, y desahuciados cuando un trata-miento convencional no ha podido ayudarlos, salen en busca de diferentes terapias denominadas alternativas, sin embargo, si no hay una solución del conflicto interno que generó esa enfermedad, todo lo que se busque sea alopático o alternativo, seguirá siendo únicamente paliativo.
POR ELLO LA IMPORTANCIA DE DESPROGRAMAR LA ENFERMEDAD DE NUESTRO CEREBRO, PARA PODER LIBERARNOS DE ELLA DESDE SU MISMA ESENCIA.
Sostiene Jung que: “Todo lo que no aflora a la conciencia regresa en forma de destino”; este destino es, muchísimas veces, la enfermedad y, por ello, todo lo que sí aflora a la conciencia no regresa en forma de enfermedad, por ello lo que hacemos es sacar a flote de la conciencia el conflicto que originó el cáncer, para que de esta forma el cerebro envíe la orden inversa a los órganos enfermos, y se produzca la recuperación.
Así planteadas las cosas, un conflicto de miedo a morir, produce cáncer de pulmón, una desvalorización profunda de sí (baja autoestima) produce cáncer de huesos, miedo a la carencia de alimentos (o lo que consideramos vital) produce cáncer de hígado, etc.
¿Entonces cómo se explica bajo esta óptica la teoría de la metástasis?
Es decir, los segundos y terceros cánceres como consecuencia de un primero? según esta teoría, las células cancerosas viajan con la sangre hacia otras partes del cuerpo y se acoplan en otro lugar, metástasis migratorias jamás comprobadas.
Además, esto supone las células deberían sufrir una suerte de metamorfosis, transformándose por ejemplo una célula de piel en una de huesos, una célula de riñón en una de hígado, una de mama en una de pulmón, etc. Y como si fuera poco, se van desplazando de una capa embrionaria a otra! ¿No es esto demasiada fantasía?
Además luego de bombardear las células con quimio y rayos, donde se matan células sanas o buenas y “malas” ¿cómo es posible que luego de uno o más años aún quede una célula maligna dando vueltas por el organismo y haga estragos en alguna parte imprevisible del cuerpo? Burlando incluso el ciclo de vida de las células... ¿Es que acaso creemos que nuestro cuerpo humano con su mecanismo perfecto pueda concebir semejante caos? ¿O por el contrario es un nuevo conflicto que dio origen a un nuevo cáncer?
Tal vez una mujer joven con un pronóstico de cáncer de mama, puede verse lo suficientemente desvalorizada como para luego hacer un cáncer de huesos; o un hombre al cual le diagnostican cáncer de próstata le provoca tal miedo a morir que hace un cáncer de pulmón, una persona que se siente enormemente traicionada, donde su estrés pasa por una sensación de:
“Esto que me hicieron es una porquería”,
formará, mientras esté viviendo esa situación, un tumor de colon silencioso asintomático; pero si se da la situación de que, por ejemplo, la persona que lo defraudó se arrepiente y pide perdón (solución del conflicto) ya no necesitará el tumor, entonces el cerebro envía la orden al órgano y esa persona comenzará con un sangrado rectal, que es parte de la disolución de ese tumor inicial.
Así funciona la naturaleza en todos sus órdenes, todo tiene un sentido biológico, no hay casualidades ni mala suerte de haberse pescado esta o aquella enfermedad.
En el cáncer de mama, el conflicto originario está en directa relación con lo que para la mujer representa su “nido”, entendiéndose por esto hijos, pareja, y todo lo a que a ella le represente su “nido” y la haya afectado. Descodificando cuál ha sido el conflicto exacto en relación a ello y desprogramándolo, el proceso se revierte, porque el cerebro interpreta que ya esa enfermedad no es necesaria para el individuo.
Luego y, tanto para el cáncer de mama, como para todos los demás, es muy importante saber que lo que se conoce como metástasis, forma parte no del viaje de las células enfermas de una parte del cuerpo hacia otro lugar, sino que forman parte de nuevos conflictos desatados a partir del cáncer original, que obligan al cerebro a buscar nuevas soluciones biológicas, y las encuentra en órganos relacionados a cada nuevo conflicto, esto ha sido uno de las grandes descubrimientos del Dr. Hamer. Un ejemplo relacionado al cáncer de mama es cuando luego de un tiempo, se produce un cáncer de hígado…
Este responde a un conflicto vivenciado por la mujer que debido a su enfermedad inicial tiene miedo intenso de que sus hijos la pierdan y no tengan el sustento que ella les daba.
De igual forma esto se da en todas los secundarismos, que es cuando luego de un cáncer original, aparece uno o varios más en otros órganos. Siempre se debe a nuevos conflictos vivenciados por la persona; un ejemplo claro de ello es la aparición tan común de cáncer de huesos, o de hígado, en mujeres con cáncer de mama, en el primero de los casos el conflicto nuevo que se origina es cuando la mujer vivencia muy intensamente su desvalorización, y eso el cerebro lo lleva a los huesos; o cuando la mujer tiene intenso miedo por el futuro de sus hijos, quién los alimentará cuando ella no esté?, conflicto que está identificado con el hígado.
De igual forma en todas las denominadas metástasis.
Es interesante citar la excelente visión del Dr. Hamer respecto al tema: se sabe perfectamente que las células nunca viven mas de cinco años, con lo cual, cómo es posible explicar que muchas metástasis aparezcan a los 8 años, o a los 10 años del primer cáncer en la persona? En forma sencilla vemos que nada es anarquía en nuestra biología, lo que pareciera en el cáncer un comportamiento totalmente desordenado, está perfectamente ordenado y mecanizado por nuestro cerebro en base a los conflictos que hayamos tenido y vivenciado intensamente.
No olvidemos, el conocimiento nos hace libres, no dejemos de investigar y así podremos ejercer nuestro libre albedrío y decidir qué hacer con nuestro cuerpo para mantenerlo sano y feliz.
Memoria Emocional.
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