Una de las formas más efectivas para obtener la libertad en nuestras vidas y en nuestras relaciones es haciéndonos directamente responsables por cada una de nuestras experiencias y de todo lo que “nos sucede”.
Desafortunadamente, al ego le gusta enfocarnos en lo externo porque asocia la responsabilidad con la culpa y la condenación de nuestros actos. Esta “condenación” es muy amenazante para el ego porque no tiene la capacidad de diferenciar entre el “Ser verdadero” y el “Ser falso” y en la lucha por sobrevivir, crea y sostiene una ilusión de separación.
Mientras sigamos creyendo que alguien o algo “allá afuera” es responsable por nuestras propias experiencias, el ego puede y de hecho nos previene de lograr obtener el gran regalo de nuestra “Realización del Ser”.
Al echar las culpas afuera el ego satisface su objetivo de preservación del ser, pero el resultado es en realidad la preservación de nuestro “Ser falso” en lugar de nuestro “Ser verdadero”. En otras palabras, mientras sigamos culpando a otros, al destino, a la suerte, etc, el ego sigue al mando.
El ser que el ego trata de preservar no es nuestro ser auténtico. El ego sólo está preocupado por conservarse a sí mismo y a sus ilusiones creadas por sí mismo. El ser que realmente deberíamos estar interesados en preservar es a nuestro ser auténtico. Y descubrir a nuestro verdadero ser toma mucho tiempo y compromiso pero ni siquiera podemos iniciar ese proceso mientras no hagamos un verdadero y honesto inventario de nosotros mismos y los roles que jugamos para crear los eventos externos en nuestras vidas. Tomar la responsabilidad de nuestras experiencias no sólo nos lleva a tener un mejor entendimiento de nosotros mismos sino que nos da la libertad de crear las experiencias que queremos y deseamos más en nuestra vida!
¡LA RESPONSABILIDAD NOS HACE LIBRES!
Cada vez que culpamos a otros por nuestra falta de felicidad en cualquier momento dado es el equivalente a poner nuestro automóvil en control de crucero a 150 Km/h y luego culpar a la carretera cada vez que caemos en un bache. Tenemos la opción de tomar el control del vehículo en cualquier momento y hacer el viaje más placentero. Y si no lo hacemos, también esa es nuestra elección. Pero, si dejamos el control en el automóvil sería algo ridículo culpar a la carretera o al carro por cualquier incomodidad que pasemos por el camino.
Lo mismo sucede en cualquier situación que vivimos que no nos gusta en nuestras vidas y en nuestras relaciones. Podemos culpar a otras personas, al entorno, al destino, a la suerte, al gobierno, etc o podemos tomar el control de nuestras propias vidas tomando la responsabilidad y sacándolas del “control de crucero”. En el momento que decidimos tomar la responsabilidad de nuestra vida, nos empoderamos ganando el control de nuestras propias experiencias. Es muy útil recordar que formamos parte de la creación de todas nuestras experiencias por la ley de causa-y-efecto. Así es que o decidimos manejar nuestros vehículos conscientemente y causamos los efectos que deseamos o inconscientemente lo vamos a hacer dejando nuestros vehículos en control crucero y causar los efectos que no deseamos.
Podemos descifrar en cuál escenario nos encontramos ahora viendo cuáles son los efectos externos en nuestras vidas. Si son lo que deseamos entonces sabemos que hemos puesto una causa consciente en ellos con lo que nos hemos hecho responsables. Y si los efectos externos en nuestra vida son indeseables, entonces sabemos que nuestro subconsciente ha puesto alguna causa ya que no hemos tomado el control, lo que significa que en algún momento simplemente cedimos nuestro poder y nos olvidamos de ello.
Al ego le encanta el control crucero. Trata de evitar la responsabilidad a toda costa. Si puede encontrar la forma de buscar un culpable en cualquier situación, lo va a hacer. De hecho puedes ver al ego en acción en este momento conforme lees este artículo sobre la responsabilidad personal. Conforme has ido leyendo, ¿estás pensando en tus propios errores y responsabilidades de alguna situación en particular que no haya sido agradable? ¿O estás pensando en las fallas y las responsabilidades de alguien o algo más (el gobierno y el destino también cuentan)?
En este momento, ¿crees que tú tienes el poder absoluto para ser libre y feliz? O tienes la idea de que tu vida sería perfecta si alguien o algo afuera de ti fuera diferente? (Por ejemplo, “si tuviera dinero: sería libre”, “si tuviera pareja: sería feliz”, etc)
Es irónico, pero es absolutamente natural para el ego leer sobre responsabilidad personal y luego buscar a todas las personas a quiénes les beneficiaría entender esta lección y al mismo tiempo se excluye completamente. También es muy claro saber cuándo el ego ha tomado el control. Si te encuentras culpando a lo externo, entonces estás en control crucero y el ego está manejando el carro. Si te encuentras tomando la responsabilidad de tus propias experiencias entonces estás claramente en el control del vehículo.
Mientras estemos en esta experiencia física del mundo dual entonces es totalmente natural estar yendo y viniendo entre el espíritu y el ego o entre el verdadero ser y el falso ser. Así que cuando te des cuenta que el ego ha tomado el control del volante, simplemente reconócelo y toma de nuevo el control, sin culparte ni juzgarte. Cada instante y cada momento tú tienes la posibilidad de elegir. Puedes estar en el “auto-control” o en “cruise-control”.
Tú decides, tú eliges. ¿Quieres tomar el control de tu viaje o quieres que el viaje te controle a ti?
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