domingo, 18 de noviembre de 2018

La PNL

“La PNL es como la física nuclear de la mente. La física estudia la estructura de la realidad, la naturaleza del mundo. La PNL hace lo mismo con su cerebro. Permite descomponer los fenómenos en las partes constituyentes que determinan su funcionamiento”.
(Tony Robbins)
La programación neurolingüística (PNL) fue creada por Richard Bandler y John Grinder en California (Estados Unidos) en los años setenta. Sus creadores afirman que existe una conexión entre los procedimientos neurológicos, el lenguaje y los patrones de comportamiento aprendidos.
Los creadores de la PNL tomaron a tres maestros, Fritz Perls, Virginia Satir y Milton Ericksson y a través de diversos estudios cotejaron que estas tres personas poseían habilidades comunicativas especiales que les permitían obtener muy buenos resultados con sus pacientes.
De esa forma, fueron creando un conjunto de herramientas que más tarde denominaron programación neurolingüística.
A todos nos ha ocurrido que reaccionamos ante una situación y luego nuestra voz interior nos va diciendo que teníamos que haber dicho otra cosa o haber reaccionado de otra manera.
Realmente nuestra forma de responder y pensar está condicionada por un mapa neurológico que codifica y almacena nuestro modo de responder ante una situación.
Ese mapa está compuesto por nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro y a partir de él construimos nuestras creencias, lecciones y comportamientos aprendidos.
Las estructuras de nuestra mente, están tan fuertemente arraigadas en nosotros que no podemos influir sobre ellas, al menos de una manera consciente.
La mente funciona en dos niveles: consciente (pensamiento lógico) e inconsciente (funcionamiento automático).
La mente consciente es la que está continuamente alerta, la que nos permite recordar fechas y nombres de personas por ejemplo. Y la mente subconsciente es la parte del cerebro que activa todas las conductas, creencias, valores etc. que hemos aprendido y que configuran nuestra forma de actuar. Es la parte de nuestra mente que nos permite conducir, escribir un correo electrónico o abrir una ventana.
Para que nuestra mente subconsciente pueda “dibujar” un nuevo mapa tiene que actuar con un objetivo claro que responda a la pregunta ¿qué queremos?
Y lo complicado es precisamente eso, que en muchas ocasiones no sabemos lo que queremos, no sabemos definir nuestro objetivo. Paraello tenemos que pensar en algo que realmente haga cambiar nuestra conducta habitual ante una situación, algo que sea aparentemente imposible.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”
(Albert Einstein)
El objetivo que nos propongamos tiene que responder a una serie de preguntas:

¿Es un objetivo positivo?

Para que funcione nuestra programación debemos definir un objetivo positivo. Nuestro objetivo no puede comenzar con “No quiero que…”.

¿Te beneficia a ti mismo?

Tu objetivo debe ser algo que hagas para ti y que dependa de ti mismo no de los demás. Por ejemplo, es muy habitual que el objetivo de los jóvenes sea acabar una carrera universitaria pero ese no es un objetivo de ellos sino de sus padres. Además debes controlar lo que haces para alcanzar tu objetivo de forma que dependa de ti.
No podemos desear como objetivo que haga buen tiempo el fin de semana, porque no depende de nosotros.

¿Cómo sabrás que los estás alcanzando?

Piensa en qué estarás haciendo en ese momento y en cómo te sentirás.
Visualiza cada acción, cada sentimiento que te provoque ese instante, cómo huele, qué sabor sientes, qué escuchas, cómo te mueves, qué haces. Además para saber si estamos logrando nuestro objetivo tendremos que plantearnos metas a más corto plazo y medir su las estamos cumpliendo. Por ejemplo, si mi objetivo es encontrar trabajo una meta tendrá que ser buscar ofertas de trabajo y ofertar cada semana.

¿Tu objetivo es específico?

Debes dejar claro lo que quieres y lo que no. Cuánto más definido y detallado sea tu objetivo más sencillo será establecer los pasos para alcanzarlo. Por ejemplo, si definimos como objetivo “quiero encontrar trabajo” es un objetivo muy genérico.
Pero, si redefinimos el objetivo dando detalles tendremos mucho más claras las metas a alcanzar para lograr nuestro objetivo. Por ejemplo: “A partir del 1 de febrero de 2016 trabajaré en una empresa dedicada a la informática que me pagará 2000 euros al mes”.

¿Qué recursos necesitas para hacerlo realidad?

Piensa en los recursos que ya tienes y en los que necesitas de forma amplia: conocimientos, objetos, recursos económicos, ayuda de terceras personas.
Una vez fijado nuestro objetivo, debemos revisar nuestras creencias y valores. Aquello que tenemos profundamente arraigado en nosotros mismos y que nos impide alcanzar nuestros sueños. Debemos cambiar nuestras estructuras de creencias negativas que nos ponen impedimentos para ir hacia nuestro objetivo.
Uno de los mayores obstáculos que nos encontraremos en el camino hacia nuestros sueños son las opiniones de los demás. Recuerda que cada persona tiene perspectivas diferentes y debemos ponernos en su lugar para tratar de entender sus razonamientos.
Durante todo el camino a recorrer hacia tu objetivo, visualiza tu sueño, siente cómo huele, qué se escucha, qué tocas y sobre todo la sensación y el sentimiento de felicidad que te provoca alcanzar tu objetivo.
¡Alcanza tu sueño! ¡Convierte tu aspiración en realidad!
Para que nuestra mente subconsciente aprenda un nuevo programa que nos permita hacer realidad nuestro sueño, debe percibir el por qué, el motivo.

 En PNL el proceso de aprendizaje se establece en cuatro fases:
Fase 1: Incompetencia inconsciente. No sé que no sé.
Fase 2: Incompetencia consciente. Sé que no sé.
Fase 3: Competencia consciente. Sé que sé.
Fase 4: Competencia inconsciente. No sé que sé.
Para desaprender vamos del paso 4 al 2 y para reaprender del paso 2 al 4.
Una vez aprendido el nuevo programa ya podemos aplicarlo en el momento en que sea necesario.
Por lo tanto, la PNL nos ayuda a crear nuevos programas mentales que nos facilitan muchos aspectos de nuestra vida y que nos ayuden a trabajar en objetivos para lograr lo que soñamos y deseamos.
El mayor desarrollo de la PNL se ha producido en las relaciones interpersonales y en el ámbito laboral. En los dos ámbitos puedes utilizar la PNL para entrenar tus competencias, superar los obstáculos, resolver conflictos e influir sobre otras personas.
Pero sobre todo la PNL te da las herramientas necesarias para que controles cómo responder a tu entorno, cómo percibirlo y de esa forma dar los pasos para hacer realidad tus sueños.


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