El bloqueo de las arterias también puede
producirse en distintas áreas de la vida. En última instancia, todas las
enfermedades de la sociedad tienen una causa raíz: la interacción mutua entre las personas.
Fundamentalmente,
todas las relaciones en la vida son "arterias". Las relaciones son la
clave de todo!. Por ejemplo, un bloqueo puede surgir en una relación
matrimonial. Cuando se bloquea esta arteria en particular, el amor y la pasión
ya no pueden fluir entre el marido y la esposa. Llámalo un paro cardíaco o una
muerte del matrimonio.
Tus
relaciones de negocios también son arterias, salvo que éstas conectan empleados
con empleadores, mayoristas con minoristas y compradores con vendedores.
El
dinero que circula hasta ti a través de los negocios que haces o el trabajo que
desempeñas viaja por estas arterias. Y cuando éstas están obstruidas por
coágulos de codicia y ego, los milagros no van a llegar hacia ti. Ten en cuenta
que si cometes fraude en tus negocios, estos bloqueos también puedes recibirlos
en tus arterias físicas de tu cuerpo. En otras palabras, puedes prosperar en el
negocio aún realizando operaciones deshonestas, también es posible que termines
pagando por ello con un triple bypass o una tóxica relación con tus hijos.
Todas
las relaciones personales del mundo –ya
sea entre colegas, entre cónyuges, entre hermanos, entre padres e hijos o entre
dos naciones- son arterias espirituales que pueden bloquearse y causar una
enfermedad cuando las personas se comportan mutuamente con intolerancia.
Cada
vez que interactúas con alguien en tu vida, tanto con un amigo o familiar, como
con un desconocido o un enemigo, ello repercute en las arterias que hay en tu
vida y que se extienden hasta el mundo. Si la forma de comportarte en esas
relaciones está gobernada por el Yo del 1 por ciento y por tu propio interés,
éste crea un "depósito de grasa". Y si el bloqueo continúa sin
subsanarse, recibes la enfermedad.
Esta
enfermedad puede manifestarse en forma de pobreza, guerra, divorcio, niños
consumiendo drogas, ansiedad, una familia disfuncional, terrorismo global o un
típico paro cardíaco. Al final, son tus FORMAS DE SER las que determinan el
estado de salud que tienes.
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