En principio parece más cómodo echar la
"culpa" de tus dolores y sufri-miento a la dieta, al destino, a esta vida, la naturaleza, los colegas
perversos, los genes, los conductores borrachos o a tus enemigos. NADA TIENE
QUE VER CON LOS EJEMPLOS ANTERIORES.
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Es
condenadamente simplista y primario centrarse en el arma y no en el verdadero
RESPONSABLE.
Este
enfoque de la vida te absuelve de toda responsabilidad personal. Y, después de
todo, ¿quién quiere mirarse en el espejo? Lo cual nos lleva a la pregunta más
importante:
¿CÓMO CREAS UN MILAGRO QUE CURE
TU ENFERMEDAD, YA SEA EN EL TRABAJO, EN EL MATRIMONIO O EN TU SALUD?
Tal
como lo hemos explicado, el primer paso es la RESPONSABILIDAD EXTREMA. Y éste,
sin duda, es el paso más difícil de dar.
Requieres
abandonar el papel de víctima. Requieres darte cuenta de que tu enfermedad
responde a algo que hiciste en esta vida o en otra. Después, requieres
concentrarte en transformar el rasgo responsable, es decir, la cualidad nociva
de tu carácter que causó tu reactividad en el pasado.
UNA VEZ QUE HAYAS HECHO ESTO,
HABRÁS LOGRADO DOS COSAS:
1.Asumir la responsabilidad es una
acción totalmente fuera de la comprensión natural del ser humano. Por lo tanto,
acabas de apagar tu Yo del 1 por ciento y de realizar un gran rediseño dentro
de ti. Esto es un milagro y el universo va a reflejar de vuelta ese milagroso
esfuerzo en tu vida.
2.Al buscar el rasgo propio que causó tu reacción en primer lugar y al
hacer el esfuerzo de eliminarlo de tu naturaleza, acabas de realizar otro gran
rediseño interno en tu carácter. Una vez más, el Reino del 99 por ciento
reflejará esta reingeniería milagrosa enviándote un milagro a cambio.
Sólo
cuando aceptes internamente, no racionalmente, el 100% de tu responsabilidad,
vas a atraer la Luz que requieres para curarte a ti mismo.
Tu tienes el poder
de curarte.
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