¡¡El “por qué” te lleva fuera, mientras el “para qué” te lleva a tu interior!!!
Para entenderla, es fundamental analizar como funciona nuestro inconsciente, el que rige el 95% de nuestros actos diarios. Se rige básicamente en 4 principios:
- El tiempo no existe, todo es AHORA
- Real = virtual = simbólico = arquetípico
- Es inocente, no juzga
- El “otro” no existe, todo eres TÚ
Dejaremos los 3 primeros para otros artículos y vamos a centrarnos en ese “otro”: ¿quién es el “otro”?
Cuando hablamos del “otro”, hablamos de cualquier persona que interactúa contigo. Consciente y racionalmente nos relacionamos con familia, amigos, compañeros, enemigos, conocidos, etc…. y lo filtramos por los 5 sentidos: los vemos, les oímos….
Pero para nuestro inconsciente SÓLO existe lo que los otros TE GENERAN, y SÓLO y gracias a eso te puedes conocer (sería imposible que te conocieras sin interactuar con el “otro”). Y qué te generan? Pensamientos, sentimientos y emociones.
Entonces, es en base a tus creencias y tus valores, o sea, en base a tu programación, que somatizarás estas emociones de una manera o otra…. pero nunca con lo que recibas del “otro”, sean ataques o piropos.
Así que nuestro inconsciente no entiende de Pepito o Juanito o María, ni que sea en un parque, en el mar o en diferentes ciudades. Para nuestro inconsciente, lo realmente importante es CÓMO LO VIVO!!!
Es por eso que la pregunta que nos debemos hacer nunca es POR QUÉ, ya que la respuesta te lleva afuera, al “otro”…. y como el otro no existe (repito, para nuestro inconsciente), cualquiera que sea la respuesta no nos sirve para aprender. La diferencia la notas muy rápida: los “POR QUÉS” no cuesta contestarlos, mientras que los “PARA QUÉS” puedes estar minutos o hasta horas para encontrarlos… si es que los encuentras sin ayuda…
Vamos a poner un ejemplo: “Estoy triste”
- Por qué? Por mi pareja, por el trabajo, por el gobierno, porque ha perdido mi equipo de fútbol….. todas las respuestas van dirigidas fuera de ti.
- Para qué estoy triste?? Para ser fiel a mi creencia de que no merezco ser feliz, para fidelizarme con tal persona que también lo es, para estar dentro de la víctima, para quedarme en mi zona cómoda….. todas, como ves, me llevan a mí!!!
Por eso, deja de ser relevante el “mi marido (o mi mujer) me ha hecho esto o lo otro”….. y pasa a ser importante, vital y necesario el preguntarse:
- ¿para qué aguanto esto?
- ¿qué estoy haciendo YO con relación a lo que él (ella) hace?
Aquí también es donde entra la magia del ho’oponopono: soy 100% RESPONSABLE de lo que gnero, nunca CULPABLE!! y menos víctima.
Evidentemente hay que contar con tres grandes cualidades para aprender y crecer:
- habilidad e imaginación para saber responder el “para qué”
- humildad para reconocer nuestras sombras
- valentía y ACCIÓN para tomar decisiones
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