Las rodillas “duelen” cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer “mata” cuando te cansas de vivir.
Las neurosis “paralizan” cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre “calienta” cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
El pecho “aprieta” cuando el orgullo esclaviza.
La presión “sube” cuando el miedo aprisiona.
El cuerpo “engorda” cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza “deprime” cuando las dudas aumentan.
El corazón “afloja” cuando el sentido de la vida parece terminar.
El estómago “arde” cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes “invade” cuando la soledad duele.
El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
La enfermedad no es mala, te avisa que te estás equivocando de camino.
EL CUERPO GRITA… LO QUE LA BOCA CALLA. La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma.
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