martes, 28 de mayo de 2019

Dejar de pensar

Un amigo me dice hoy: 
- "me gustaría dejar de pensar a veces."

Le digo :
- " es como si dejaras de respirar. No se puede". 
El "no se puede" lo dije para no complicar más el tema y ser conciso. 
La mente de hecho es un bio-computador, es decir, nuestros ordenadores trabajan en forma similar a ella. 
RAM, ROM, drivers, subsistemas, sistema batch, subsistema online, etc son réplicas inexactas del funcionamiento de la mente.

La mente prioriza y compara para lo cual necesita ser casi líquida , flexible y adaptarse rápidamente al entorno.

Sólo hemos podido entender un poco la complejidad de la misma en procesos que consideramos nimios a la hora de hacer androides o coches google. 
Por ejemplo, andar de pie por distintos niveles, texturas, obstáculos, etc son algoritmos muy complejos, cuando nosotros lo hacemos automáticamente.
Es algo muy sencillo, diríamos, no es así, son miles de páginas el algoritmo de "andar de pie" si lo viéramos escritos en un papel. 
Este “ automáticamente” es una función de la mente.

No sólo cuida a cada instante "los sistemas vitales de abordo de navegación", sino que se comunica muy rápidamente con el entorno obteniendo, ordenando, clasificando y priorizando datos, así como desdeñando otros no interesantes para ella.
El consciente aunque parezca lo contrario es lento, el inconsciente es varias veces más rápido que él, un millón de veces más rápido.
Por lo tanto es un órgano que "procesa", y siempre procesa incluso en sueños. 

Se dice que su actividad es más abundante que estando despiertos. 
Cuando miras a la nubes o te relajas, su actividad es prodigiosa, en cambio cuando te concentras en un problema su actividad debería ser por lógica más alta, es casi nula.
¿Qué procesa? 
Muchas cosas, ingente cantidad de datos.

Por ejemplo, mostrarnos nuestra "realidad, nuestro entorno". El cerebro de una abeja procesa o entrega a la abeja una realidad distinta a la nuestra, capta datos o campos magnéticos, colores, etc que nosotros no vemos ni sabemos que existen.

Es como construir y poner en orden un puzle.

Construye la realidad por ejemplo: que una persona es más baja que un árbol, que el cielo está arriba, que una rosa a la vez que pétalos tiene espinas, es decir, construye el puzzle para que podamos entenderlo y movernos por él.

Que el suelo es siempre horizontal y de pronto no se pone en ángulo recto, o las baldosas del suelo no se mueven como las olas del mar.
Una vez construido lo presenta y lo vemos, lo entendemos, nos da una "coherencia humana". 
A la abeja le da una "coherencia de abeja".

Podemos captar o vislumbrar en meditación el espacio, el vacío entre pensamiento y pensamiento. 

Eso es dejar de pensar, ese espacio vacío somos nosotros. 
Pero como en cuántica, si lo quieres observar, desaparece, crea un obstáculo. 
Hay que ser observador de ti. 
Salir del sistema para poder observarlo.

Pero hay un momento en que la herramienta (la mente) toma el control de la misma (una rebelión), y es cuando crees que tú eres la mente, la identificación con ella como dice UCDM, el ordenador se ha apoderado del jugador y lo ha metido en el juego, lo ha hecho digital, lo ha escaneado, lo ha sometido esclavizándolo. 

Le ha entusiasmado tanto el juego que se ha metido dentro de él, él es el juego.

Contra eso tenemos un antivirus, se llama UCDM.

Te dice que el ordenador y el jugador y tú mismo como observador no tenéis existencia, así de simple.

Entonces tu ordenador se reinicia.
UCDM es un re-iniciador de mentes para que actualizadas capten otras "realidades", por ejemplo el perdón, el amor...y ¡más cosas increíbles!.

¿Por qué no lo empiezas a leer, mejor dicho, a practicar?

Artur Garcia


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