Una de las razones por la que nos resulta complicado dejar marchar a alguien, respetar su libertad, es el apego afectivo.
El apego afectivo es una vinculación mental y emocional normalmente de carácter obsesivo hacia ciertas personas, originada en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá placer, seguridad y autorrealización.
Como consecuencia de lo anterior, la persona apegada sentirá que sin la persona a la que está apegada no será feliz, no podrá cumplir sus metas y no tendrá una vida normal.
Lo primero que debemos hacer para vencer el apego afectivo es ver si efectivamente somos dependientes de alguien o si, por el contrario, sentimos alguno de estos síntomas de apego:
Necesidad de estar cerca de la persona amada.
Ansiedad y malestar si no estás con la persona amada.
Alto nivel de obsesión, comportamiento controlador etc. hacia la otra persona.
Dar prioridad a la persona amada sobre las actividades que nos gusta disfrutar o sobre otras personas con las que nos gusta estar.
Si analizas tu situación y ves que existen los síntomas anteriores, puede que te encuentres en una situación de apego afectivo.
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