domingo, 19 de mayo de 2019

Más allá del ego: la verdadera identidad

Más allá del ego: la verdadera identidad
Cuando el ego está en guerra, no es más que una ilusión que lucha por persistir. Esa ilusión cree que es tú.
Al principio no es fácil estar ahí como la Presencia testigo, sobre todo cuando el ego está en modo de supervivencia o se ha activado alguna pauta emocional del pasado, pero en cuanto has tenido ocasión de probarlo, el poder de tu Presencia crecerá y el ego aflojará su presa sobre ti.
Y así surge en tu vida un poder que es mucho más grande que el ego, más grande que la mente.
Lo único que hace falta para liberarse del ego es ser consciente de él, porque la conciencia y el ego son incompatibles.
La conciencia es el poder oculto tras el momento presente. Por eso también podemos llamarlo Presencia. El propósito último de toda existencia humana es traer ese poder al mundo. Y por eso no puede convertirse la liberación del ego en un objetivo que se espera alcanzar en algún momento futuro.
Solo la Presencia puede liberarte del ego, y tú solo puedes estar presente ahora, no ayer ni mañana. Solo la Presencia puede deshacer el pasado en ti y así transformar tu estado de conciencia.
¿Qué es la conciencia espiritual? ¿Creer que eres espíritu? No, eso es un pensamiento. Está un poco más cerca de la verdad que el pensamiento que cree que tú eres quien dice tu certificado de nacimiento, pero sigue siendo un pensamiento.
La conciencia espiritual consiste en ver claramente que lo que percibimos, experimentamos, pensamos o sentimos no es lo que somos, que no podemos encontrarnos a nosotros mismos en todas esas cosas que son pasajeras.
Probablemente, Buda fue el primer ser humano que vio esto con claridad, y por eso el anata (el "no yo") se convirtió en uno de los puntos centrales de su enseñanza.
Y cuando Jesús dijo "Niégate a ti mismo", lo que quería decir era: niega la ilusión del yo (y así la desharás). Si el yo ―el ego― fuera verdaderamente lo que soy, sería absurdo "negarlo".
Lo que queda es la luz dela conciencia, en la que van y vienen las percepciones, experiencias, pensamientos y sentimientos. Eso es el Ser, ese es el yo auténtico y profundo.
Cuando me conozco de ese modo, lo que ocurre en mi vida ya no tiene importancia absoluta, solo relativa. Lo acepto, pero pierde su seriedad absoluta, su peso.
En definitiva, lo único que importa es esto: ¿puedo sentir en todo momento mi Ser esencial, el Yo Soy, en el fondo de mi vida?
Para ser más precisos, ¿puedo sentir el Yo Soy que soy yo en este momento? ¿Puedo sentir mi identidad esencial como la conciencia misma? ¿O me estoy perdiendo en lo que ocurre, en la mente, en el mundo?
Eckhart Tolle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario