sábado, 18 de mayo de 2019

Nadie te hace nada; todo te lo haces a ti mismo

El dolor o todo lo oscuro que llevas en tu interior, convoca todas y cada una de las experiencias que atraviesas. Es gracias a ese dolor que llegan las personas conflictivas a tu vida. Ellos son en realidad maestros que te están ayudando a que veas, sanes, te liberes y crezcas.
Nadie te hace nada; todo te lo haces a ti mismo. La ilusión de creer que los demás te hacen algo, te mantiene cada vez más lejos de tu Ser y de tu poder interior. Los otros sólo vienen a mostrarte lo que todavía no has sanado, por lo tanto, los necesitas. Necesitas de ellos como un niño necesita de su madre. Sin ellos, no podrías hacer conciente lo inconsciente; no podrías evolucionar y ver las heridas que aún continúan en tu interior. Cuánto mas tiempo te quedes en la posición de víctima, más demorarás tu florecimiento. Responsabilida es lo que se necesita en el camino espiritual para madurar y encontrar la paz.
Si quieres construir sólo relaciones maravillosas; llenas de amor, armonía y respeto, ocúpate de tus reacciones. Tienes que pulirte y fortalecerte a ti mismo y acrecentar tu amor propio , hasta que logres no reaccionar tal cual un títere emocional cada vez que te ofenden. Aprende a devolver con amor cada conducta conflictiva que te encuentres 
Si logras hacerlo no llegarán personas conflictivas a tu vida y si las hay estás personas se irán solas cuando hayan cumplido su misión, es decir, cuando finalmente hayas sanado tu corazón herido.

La vida te desilusiona para que dejes de vivir de ilusiones y veas la realidad. La vida te destruye todo lo superfluo, hasta que queda solo lo importante. 
La vida te retira lo que tienes, hasta que dejas de quejarte y agradeces. La vida te envía personas conflictivas para que sanes y dejes de reflejar afuera lo que tienes adentro.
La vida deja que te caigas una y otra vez, hasta que te decides a aprender la lección. La vida te saca del camino y te presenta encrucijadas, hasta que dejas de querer controlar y fluyes como rio. La vida te pone enemigos en el camino, hasta que dejas de “reaccionar”. La vida te asusta y sobresalta todas las veces que sean necesarias, hasta que pierdes el miedo y recobras tu fe. 
La vida te quita el amor verdadero, no te lo concede ni permite, hasta que dejas de intentar obtenerlo con baratijas y desesperación 
La vida te aleja de las personas que amas, hasta que comprendes que no somos este cuerpo, sino el alma que él contiene. La vida se ríe de ti tantas veces, hasta que dejas de tomarte todo tan en serio y te ríes de ti mismo. La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sean necesarias para que por allí penetre la luz. 
La vida te enfrenta con rebeldes, hasta que dejas de tratar de controlar. La vida te repite el mismo mensaje, incluso con gritos y bofetadas, hasta que por fin escuchas. La vida te envía rayos y tormentas, para que despiertes. La vida te humilla y derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir tu EGO. La vida te niega los bienes y la grandeza hasta que dejas de querer bienes y grandeza y comienzas a servir. La vida te corta las alas y te poda las raíces, hasta que no necesitas ni alas ni raíces, sino solo desaparecer en las formas y volar desde el Ser. La vida te niega los milagros, hasta que comprendes que todo es un milagro. La vida te acorta el tiempo, para que te apures en aprender a vivir. La vida te ridiculiza hasta que te vuelves nada, hasta que te haces nadie, y así te conviertes en todo. 
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar. La vida te lastima, te hiere, te atormenta, hasta que dejas tus caprichos y berrinches y agradeces respirar. La vida te oculta los tesoros, hasta que emprendes el viaje para salir a buscarlos. La vida te niega a Dios, hasta que lo ves en todos, en todo y te reconoces a ti mismo como él
La vida te acorta, te poda, te quita, te rompe, te desilusiona, te agrieta, hasta que solo en ti queda amor.

Un destello para empezar ...

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