martes, 14 de agosto de 2018

Silencio y profundo

Así tienes que vivir. Tu boca no fue creada para hablar sin parar, ni para hablar de aquello que no sea amor, sabiduría y bondad. Pasas demasiado tiempo hablando de cosas intrascendentes, que no te aportan nada a ti ni a los demás. El tiempo que tienes en esta Tierra para encontrar tu verdadero Ser no es infinito; desaprovecharlo es un insulto para tu alma. No vas a encontrar la paz hablando y pensando; la encontrarás cuando dejes de hablar y pensar. Fíjate de qué habla la gente: todo aquello que es pasajero o de sus intereses personales y egocéntricos. Dinero, proyectos, familia, trabajo, economía, política. Y del amor, el espíritu y de cómo cambiar el mundo; nada. ¿Tú estás haciendo tú parte para cambiar el mundo? Tu parte es apoyarte a ti mismo; convertirte en un ser espiritual en vez de seguir siendo una persona con problemas, deseos y preocupaciones.

Si vas a contarle a alguien tus problemas, hazlo una sola vez y para encontrar soluciones; no para quejarte ni victimizarte. Busca a aquellos que estén capacitados para apoyarte; los que ya encontraron la paz interior y la auténtica felicidad. Pero si no quieres cambiar y eliges sostener los mismos conflictos a través de los años, lo único que haces es contaminar a este mundo con tu negatividad.

Eres un diamante precioso al que se le ha pegado el barro de los condiciona-mientos. Ocúpate de pulir tu conducta hasta que vuelva a reflejar tu verdadero brillo. Vive una vida profunda y llena de amor. Todo lo demás es sólo material de ensueño en este teatro cósmico. Lo único que requieres es amor y silencio y si no los encuentras en tu corazón; no los encontrarás en ningún lado. Ármate de coraje y deja de perder el tiempo pensando en tu pequeña vida. Abre las alas de tu percepción y sal de tu tortuosa mente para unirte al amor cósmico. Medita con profundidad dos veces al día y abrázate en soledad llenándote de amor y ternura, para sanar tu herido corazón. Entonces estarás cumpliendo con tu parte para sanar esta preciosa Tierra.

-Fernán Makaroff -

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