No trago, no digiero no asimilo. Una gran mayoría de nosotros ha presentado molestias de ese tipo en algún momento de la vida e
incluso hoy, podría continuar padeciendo.
Vamos a recordar como punto principal de toda ésta historia que los seres humanos se manejan todos los días bajo las órdenes de
un inconsciente biológico y precisamente es éste inconsciente el que, por decirlo de alguna manera, funciona desde “lo simbólico”. Por lo tanto, no hablaremos de alimentos, comidas, bebidas, lácteos ni ninguna de esas cosas, porque la Biodescodicación
no
funciona analizando “elementos externos”, sino emociones.
Cuando hablamos de no tragar, no digerir o no asimilar nos referimos a vivencias, a momentos, a situaciones, a emociones.
¿Se han fijado
al ver una película o serie, que cuando hay una escena de “algo fuerte” que sucede, alguno de los personajes vomita?
No está vomitando porque comió algún alimento en mal estado, está vomitando porque no digiere lo que ha sucedido, lo que ha
visto, lo que ha presenciado.
Incluso y me sucede con frecuencia, cada que veo una escena así, digo en voz alta “no digiero”, para
luego analizar la escena y comprobar que efectivamente se trataba de una situación fuerte, inesperada, sorpresiva, negativa o
desagradable.
De ésta manera poco a poco, podemos comenzar a comprender mucho más a fondo una esofagitis, unas agruras, la acidez, la
gastritis, la colitis, el estreñimiento, las hemorroides, la diarrea y docenas de síntomas más que pueden aparecer desde nuestra
boca y hasta el final.
Por lo tanto, si bien los alimentos “pueden sumar” malestar a nuestro cuerpo, son las emociones las dan origen a dicha molestia,
entonces básicamente lo que debemos preguntarnos es:
“¿Qué emoción me comí?”
“¿Qué emoción tragué pero no digiero?”
“¿Qué emoción me tragué, me vi obligado a digerir y no suelto?”
Les prometo que si desde hoy comen sus alimentos con estas tres preguntas básicas en su cabeza, en su pensa-miento consciente,
procesarán sus alimentos (reales), de manera muy diferente. Pero ojo, no siempre los síntomas en el sistema digestivo engloban
sólo nuestra último desayuno, almuerzo, comida o cena, no.
Porque como la Biodescodicación
no se basa en alimentos, podemos estar hablando de situaciones que ya llevamos años
aguantado o padeciendo.
Si alguno de ustedes me dijera en este momento “yo tengo problemas de estreñi-miento”, la primera pregunta que yo haría es
¿Cómo están las cosas con tu pareja, te ha engañado, mentido o traicionado?
Porque aunque no lo crean, un 80% a 85% de las molestias por estreñi-miento, se origina de las indelidades,
mentiras, engaños,
traiciones, perdonadas pero no olvidadas. Y claro que la persona que traiciona puede ser la pareja, la madre, el padre, el jefe, el
mejor amigo, la mejor amiga o quien sea. Pero la ley que se cumple al 100% en casos de estreñi-miento es: “perdono pero no olvido”.
¿Cáncer de estómago? Sencillo, personas que primeramente creen tener siempre la razón, no digieren tener que ceder el control a
otros, quieren manejarlo todo, dirigirlo todo, y además viven quejándose de que nadie los ayuda, los comprende, etc. Se sienten
perfectos, infalibles, casi dioses.
Y si alguien se ofreciera para echarles una mano en cualquier asunto, ellos no confían, jamás nadie será mejor y terminan ellos por
hacer las cosas.
Son personas impositivas, dominantes y que quieren abarcarlo todo.
Y si bien la boca nos sirve para hablar y expresar, en éste caso la tomaremos como la entrada principal de los alimentos, las
emociones. Por lo tanto, muchos de los síntomas en boca y hasta el estómago, están relacionados con “no tragar”. Que podemos
traducir a su vez como “no acepto”, “no permito”, “no quiero”, “no tolero”, etc.
Así que no se compliquen, no le busquen tres pies al gato, no hagan olas. Es simple. Ante cualquier síntoma, enfermedad,
padeci-miento relacionado con el sistema digestivo, suyo o de sus hijos menores a 14 años, siempre busquen la causa en una
emoción/vivencia, no tolerada recientemente o bien en una emoción/vivencia que continúen tolerando y allí estará la respuesta a su
problema. Esto claro está, implicará que ustedes mismos cambien sus expectativas, su manera de reaccionar, su manera de ser, su carácter,
etc.
-Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco-
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