jueves, 16 de agosto de 2018

Integrar los opuestos

Al integrar las polaridades podemos experimentar otra realidad, que no está definida por nuestro posiciona-miento, sino por una decisión libre de condiciones.


1. ¿Qué es la polaridad?

La idea de “polaridad” resume la situación que se produce cuando nos encontramos frente a opciones que consideramos excluyentes —o esto o aquello— al igual que sucede con los polos de un imán: la diferencia irreconciliable entre el signo (+) y el signo (-).

El principio de la polaridad describe que todo lo manifestado tiene dos aspectos, un par de opuestos con innumerables grados entre ambos extremos.

Como se explica en el Kybalión, un libro sobre las enseñanzas fundamentales de todos los sistemas filosóficos: “todo es dual; todo tiene polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y distintos son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo solo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”.

2. La polaridad en el plano físico.

Para crear la materia, se requieren elementos positivos y negativos. Si nos fijamos en el plano físico, nos damos cuenta que el calor y el frío son de la misma naturaleza y su diferencia consiste en una simple cuestión de grados. Las mismas palabras “arriba” y “abajo” no son más que polos del mismo aspecto; sucede igual con el este y el oeste, la luz y la oscuridad, oriente y occidente, grande y pequeño, ruido y silencio. 

“Todo es y no es al mismo tiempo”.
“Toda verdad es medio falsa”. 
“Todas las cosas tienen dos lados”.
“Siempre hay un reverso para cada anverso”.

3. La polaridad en el plano mental y emocional.

Igual sucede en el plano mental y emocional. El amor y el odio son considerados diametralmente opuestos, completamente diferentes e irreconciliables. Si aplicamos el Principio de Polaridad, encontraremos que no existe un amor absoluto o un odio absoluto, hay muchos grados de amor y de odio, y existe también un punto intermedio donde se mezclan de tal forma que es imposible distinguirlos. Lo mismo podríamos decir del valor y la cobardía o de la introversión y la extroversión. Los pares de opuestos existen por doquier. Donde encontremos una cosa, encontraremos también su opuesta: los dos polos.

La manifestación dual de la realidad nos permite transitar de un estado emocional a otro. Estos estados son puramente cuestión de grados, y al comprobar el hecho se podrá elevar las vibraciones interiores a voluntad, cambiando su polaridad, haciéndose dueño de los propios pensamientos, en lugar de ser esclavo y servidor.

4. Las polaridades en las relaciones.

Un claro ejemplo sobre las polaridades son las relaciones de pareja. Creemos que estamos separados del mundo y de las demás personas, pero no lo estamos. Todo se atrae en el mundo, todo esta interrelacionado. Las polaridades están unidas en una aparente separación. Una mujer no sabría que es mujer si no existiera el hombre. No tenemos ningún conflicto con nuestra pareja. La forma de saber el problema que tenemos, es explicar el problema que tiene el otro, nuestra polaridad. Todos los polos, aunque son opuestos, son en esencia lo mismo.

5. La integración de las polaridades.

La incompatibilidad entre las polaridades hace que la persona tenga la sensación de que no puede alcanzar simultáneamente los objetivos que pretende cada una de esas partes. Como veremos más adelante, se trata siempre de creencias sobre conductas mutuamente excluyentes, al menos aparentemente. Ejemplo: “No se puede mantener el peso y comer dulces”. Esta forma de conflicto intrapersonal se produce cuando diversos aspectos o “partes” de una persona, inspiran o guían comportamientos que son excluyentes. “Hay dos tipos de verdad. En la verdad superficial, el opuesto a una declaración verdadera es falso. En el tipo de verdad más profunda, el opuesto de una declaración verdadera es igualmente verdadero.” Niels Bohr.

En Bioneuroemoción® se plantea la transcendencia, como la integración de los opuestos. Nuestro estado de conciencia se proyecta en el mundo y lo podemos reconocer a través de las polaridades. Es el exceso de polarización lo que produce el conflicto, ya que la persona no puede encontrar su propio centro. Al salir de la dualidad, al reunificar las polaridades, podemos experimentar otra realidad, que no está definida por nuestro posicionamiento, sino por una decisión libre de condicionantes.

“El camino a la iluminación se encuentra en el punto medio entre todos los opuestos”. Budha.

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