El germen no es nada.
El ambiente lo es todo.
Son palabras de Loise Pasteur (1822-1895).
Aquí está el gran secreto de la microbiología.
Que permite vencer a todos los virus y bacterias del mundo.
No se justifica temerle a los microbios, porque ellos son un producto de su ambiente.
Por muy agresivo que sea un virus, no es nada sin su ambiente.
Por muy asesina que sea una célula cancerosa queda reducida a cenizas sin un ambiente que la soporte con vida y nutrición.
Yin y Yang no se pueden separar jamás por muy afilado que sea el bisturí.
La salud y la enfermedad jamás podrán separarse.
Pero el ego del hombre prefiere crear compartimentos separados.
Como los apartamentos donde viven las personas..."éste es el mío y el 4ºB es el tuyo y el del 6ºD es el peor de este edificio...."
El ego necesita la ilusión de la separación para sentirse a salvo.
Y pone candados y cerraduras blindadas.
Pero la inteligencia infinita no considera los miedos del ego y lleva su magia a todos los rincones.
No podemos poner un cartel en los orificios anatómicos que diga: "acceso restringido, deben tener autorización para ingresar a este sistema biológico".
Los virus y los protozoarios se matan de risa de esos intentos separatistas.
Todo es uno, todo es inteligencia, todo es belleza y todo es perfección.
El virus del sida es sólo otra expresión de la inteligencia infinita que necesita de un ambiente que lo soporte para vivir y multiplicarse.
Sin ese ambiente que lo sustente.... éste temido virus no es nada...sólo unas tristes proteínas sin cohesión.
Un miserable escombro biológico.
Nosotros somos el ambiente del virus del HIV.
Nosotros determinamos su conducta.
De nada sirve matarlos si el ambiente sigue igual (hábitos).
De nada sirve matar células cancerosas si el ambiente sigue igual (hábitos).
De nada sirve vacunar contra el HPV a las niñas adolescentes si el ambiente sigue igual (hábitos).
Tenerle miedo al virus es olvidar que la misma inteligencia está de los dos lados de la ecuación.
Cuando el ambiente se vuelve demasiado yin, los gérmenes que son yang aumentarán sus actividades y se multiplicarán.
Pero el agua de mar y la sal marina son la mayor fuente de yang del mundo y su uso sensato permite crear yang en el ambiente y sin costo alguno.
Pero la ciencia sigue buscando nuevas drogas para matar virus y bacterias...vacunas.....terapias inmunológicas....medicinas para reforzar las defensas.
Algo hay que vender...de lo contrario se termina el negocio de la "salud".
La cura de todas las enfermedades del mundo no está en la aniquilación de los gérmenes o de las células anómalas.
Está en la creación de ambientes de óptima calidad biológica.
Y por eso la nutrición es la más poderosa y eficaz medicina.
Esa es nuestra fe.
Ese es nuestro poder.
Ese es nuestro juicio supremo.
-Martín Macedo-
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