jueves, 16 de agosto de 2018

Integrar para sumar



La Bioneuroemoción propone una re interpretación de las situaciones conflictivas para facilitar a las personas a que reduzcan el estrés percibido al que se ha adaptado su organismo.

En algunas etapas del desarrollo del método se ha relacionado la Bioneuroemoción estrictamente con la salud y, en este ámbito concreto, con la que se conoce como Nueva Medicina Germánica, desarrollada por el médico alemán Ryke Geerd Hamer (Alemania, 1935- Noruega, 2017). 

El Dr. Hamer, tras la muerte de su hijo y la posterior enfermedad que él mismo y su mujer desarrollaron tras este accidente, dedicó su vida a relacionar la respuesta biológica del cuerpo con un tipo de impacto o estrés concreto. Fruto de sus propias investigaciones empíricas, planteó la relación psique-cerebro-órgano, vinculando los conflictos emocionales con la parte del cerebro afectada y con los síntomas relacionados.

El Dr. Hamer, a través de sus 5 leyes biológicas, sugiere una visión holística del ser humano según la cual los conflictos personales son reflejados por la biología del organismo. De la misma manera, estudios recientes en el ámbito de la psiconeuroinmunoendocrinología, comparten este enfoque integrador: destacan la importancia del ambiente social y de los estilos de vida como factores mediadores del impacto negativo en la salud física y psicológica del individuo. 

En este sentido, el Dr. Moscoso señala que “nuestra forma de pensar, creencias, y sentimientos no son nada menos que la actividad bioquímica en las células nerviosas de nuestro cerebro, la cual se expresa dentro de los sistemas endocrino e inmune determinando el estado de salud actual del individuo. La evidencia científica, hoy en día, demuestra que al modificar nuestros pensamientos estamos modificando nuestra biología”.

Estos conocimientos teóricos también han sido analizados por otros muchos autores.

Así, podemos encontrar el artículo titulado «Racionalidad e irracionalidad en el sistema de Ryke Geerd Hamer para el tratamiento holístico del cáncer y metástasis», donde se afirma que “en conjunto, parece que el pensamiento de Hamer era básicamente sólido, ya que los principios más fundamentales de su obra se basaban en una comprensión muy similar a los pensadores médicos holísticos de hoy.” (Rationality and Irrationality in Ryke Geer Hamer’s System for Holistic Treatment of Metastasic Cancer). Por lo tanto, algunas de las ideas que postula el Dr. Hamer pueden ser aprovechadas siempre y cuando quien las aplique tenga un espíritu sumatorio e integrador.

La Bioneuroemoción utiliza estos conocimientos como fuente de estudio para facilitar la toma de conciencia del estrés emocional que hay tras un síntoma físico.

La finalidad de un acompañamiento en Bioneuroemoción es que la persona cambie su percepción sobre las distintas situaciones de estrés relacionadas con una sintomatología o conflicto determinado. Descubrimos que lo que nos pasa en el presente ya nos ha pasado anteriormente y también pasó en nuestra familia. Cuando comprendemos que, debido a nuestra historia familiar, estamos programados para reaccionar de una forma determinada, podemos empezar a comportarnos más asertivamente con respecto a lo que sentimos, lo que a su vez permite reducir el estrés y en última instancia favorecer la recuperación de nuestro organismo. De esta forma, tomamos conciencia de los motivos que causan nuestros patrones inconscientes de percepción y relación con el mundo para poder modificarlos conscientemente.

Tanto las investigaciones del Dr. Hamer como muchas otras disciplinas de la medicina, consideran el estrés crónico o «distrés emocional» un factor importante en el desarrollo de enfermedades. En un acompañamiento en Bioneuroemoción® se facilita que la persona reconozca y gestione sus propias emociones y en consecuencia, reduzca el estrés y propicie la salud del organismo. Por eso la Bioneuroemoción® es un método complementario a cualquier otra disciplina que favorezca el bienestar.

“Hace falta algo muy similar al amor para que se produzca un desarrollo biológico correcto, y su ausencia es uno de los agentes estresantes más dolorosos y deformantes que se puede padecer”. 

Robert M. Sapolsky.

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