En Biodescodificación hay un término bastante común y utilizado y ese es, el resentir. La mayoría de las personas confunde éste término y lo asume como “resentir” de “resentimiento”, de rencor y no es así. El resentir en Biodescodificación, proviene de “re-sentir”, “volver a sentir”, “sentir dos veces”, “sentir doble”. Y está enfocado al aspecto biológico, al enfoque “animal”, a nuestra naturaleza primitiva sin razona-miento, puramente emocional. A las emociones que sentimos pero que no controlamos, a nuestra reacción emocional inconsciente, impulsiva, natural.
El resentir por lo tanto representará siempre a esa emoción que surge en nuestro organismo luego de una función biológica no satisfecha. Y dicha forma de reaccionar emocionalmente antes de racionalmente ya está en nosotros, en nuestras células. Esa emoción primitiva, básica y animal no engaña, es pura y auténtica. Básicamente, podemos hablar de que existen dos tipos de re-sentir, el resentir primario y el resentir secundario.
El Resentir Primario. Es la emoción que siento luego de algún suceso en mi vida, pero que no me atrevo a expresar, que no hago evidente, que no comento, que yo me guardo, que trato de mantener oculta. Es la emoción que no será aceptada o permitida por otros, la emoción que será juzgada y evaluada. Es algo biológico, instintivo, animal, natural.
El Resentir Secundario. Es la emoción que mi familia, la sociedad, mi cultura, mi religión me permiten expresar. Es aquella emoción que yo puedo sentir y expresar sin ser “mal vista” o “rechazada”. Es la emoción socialmente “aceptada” y “permitida”. Es la emoción que viene a ocultar la emoción oculta, el resentir primario.
Veamos algunos ejemplos. Yo tengo una discusión con mi madre, nos gritamos, nos ofendemos y yo salgo de casa furioso. En la calle me encuentro a un amigo y éste me pregunta qué me sucede porque me encuentra extraño. Si yo respondo con mi Resentir Primario, yo diría algo como:
- Odio a mi madre (Socialmente inaceptable, religiosamente inaudito, etc)
Si yo respondo con mi Resentir Secundario, yo diría algo como:
- Otra vez mi mamá y sus reclamos (Socialmente aceptable, religiosamente permitido, etc)
Y ante este suceso, yo estaría ocultando mi emoción real y diciendo a los demás lo que están esperando escuchar. Esto me deja con una emoción atrapada que pudiera llevarme a enfermar. La emoción verdadera ha quedado oculta, no se ha liberado, no se ha gestionado correctamente, me la guardé.
Ante esto, deberemos siempre estar conscientes, de que la mayoría de todos los seres humanos, estamos entrenados y educados para ocultar nuestras verdaderas emociones la mayor parte del tiempo. Y una manera que existe para descubrir si hemos liberado lo que realmente sentimos ante un impacto emocional, será siempre nuestra reacción posterior y nuestro estado de ánimo o salud.
Si luego de ocurrir un impacto emocional yo expreso mi emoción y yo me quedo angustiado, preocupado, enojado, con el estómago encogido, con dolor de cabeza, con malestar general, esto es una señal de que hemos usado el “Resentir Secundario” y que hemos ocultado nuestra verdadera emoción. Por lo tanto, no estamos bien. No hemos desfogado la verdadera emoción y es muy probable que en poco tiempo enfermemos de algo.
La Biodescodificación, gracias a los descubrimientos del Dr. Ryke Geerd Hamer, hoy sabe que los síntomas hablarán por la persona. Serán los síntomas físicos los que “griten” al mundo la emoción que quedó oculta. Mis síntomas hablarán por mí.
Es por ello, que tan sólo basta con escuchar los síntomas de cualquier persona, para conocerla a fondo, para conocer sus miedos, sus apegos, etc. Basta conocer las enfermedades de toda una familia para saberlo todo, para descubrir incluso sus más profundos secretos.
Es bien común en las consultas de Biodescodificación, que con tan sólo tener información de las enfermedades de cada integrante de la familia y la causa de muerte de aquellos miembros ya fallecidos, puede concluirse casi en un 90% la dinámica familiar completa. Podemos saber el carácter de la madre, del padre, qué tan amorosos son, qué tan infiel es el padre o qué tan castrante es la madre, podemos saber cómo eran los abuelos o si eran huérfanos o crecieron solos….de verdad es maravillosamente increíble la precisión de esta metodología.
Las personas podemos decir: yo soy bien seguro, valiente, independiente y si me enfermo, me enfermo de…Y justamente en esa enfermedad que diré, está la clave para saber si verdad todo lo que expreso de mí mismo.
¿Increíble verdad?
Y así es. Por lo tanto, en primer lugar, debo comenzar a expresar mis verdaderas emociones y en segundo lugar, debo estar consciente de lo que cada emoción contenida puede provocar en mi salud. Es por eso, que yo jamás tendré la presión alta, a menos que yo sea intolerante, impaciente, preocupón, estresado, etc. Yo jamás tendré una diabetes, a menos que yo viva sintiendo que nadie me quiere como me merezco. Yo jamás tendré un problema en el hígado, a menos que yo viva sintiendo un miedo atroz a la carencia, a la pobreza y a perder aquello que me da para vivir. Yo jamás tendré un problema en los huesos a menos que yo viva sintiéndome menos, sintiéndome desvalorizado, sintiéndome poca cosa.
Que puede influir también mi Transgeneracional, sí. Que puede influir mi Proyecto Sentido, también. Pero hablando de mí día a día, lo mejor es expresar SIEMPRE lo que realmente sentimos, porque ocultar o intentar maquillar nuestras verdaderas emociones finalmente puede tener consecuencias desagradables. Decir lo que los demás esperan escuchar, no nos lleva a nada bueno. Y no hace falta que expreses tu emoción a gritos frente a la persona o las personas con las que ocurre el impacto. Puede bastar tan sólo con que te apartes un poquito y lo digas en voz alta. Lo hables.
Por ejemplo:
Estás en tu oficina y son las 6:15 de la tarde. Tu hora de salida es a las 6pm y te estás dando prisa para terminar rápido tu trabajo y salir corriendo porque quedaste de reunirte con tu mejor amigo en el café de la esquina a las 6:30pm y él es muy impaciente. En ese momento entra tu jefe para pedirte de último momento que redactes y envíes un email para un proveedor del otro lado del mundo. Tú te guardas la verdadera emoción (“maldita sea, tengo prisa”) y te limitas a decir lo que los otros esperan (tu jefe), “sí señor, ahorita lo envío”.
Pareciera algo sin importancia, pero ya estás estresado, preocupado, enojado y lo has ocultado y justamente guardarse ese tipo de emociones es lo que enferma. Entonces y hablando del resentir, es importante comprender un principio básico también, y es el hecho de que no todos seres humanos nos afectamos por las mismas razones y en la misma intensidad. Lo que para mí puede infinitamente doloroso o angustiante, puede no serlo tanto para otra persona. Tal vez por mi historia familiar yo soy más vulnerable a un abandono, que una persona que ha vivido solo desde pequeño y lo ha superado sin problema. Tal vez yo soy vulnerable a pérdidas económicas y enfermo ante cualquier asunto relacionado con carencia, mientras que otra persona jamás le da importancia al dinero y vive igual de feliz con poco o con mucho.
Eso deben tenerlo muy claro, sobre todo en situaciones en donde “toda la familia comió lo mismo” y sólo un integrante de la familia enfermó por eso….obviamente no fue lo que comió toda la familia, sino las emociones que “se guardó” el integrante que sí enfermó. Y lo mismo con esas enfermedades que llamamos hereditarias, eso no existe. Se heredan las memorias emocionales. Es decir que yo soy vulnerable al mismo tipo de conflicto emocionales que mi mamá o el abuelo y entonces, yo me enfermo de lo mismo.
El resentir entonces se convierte en un asunto “personal” e “individual”, pero lo que jamás cambiará, es que emociones específicas, dañan órganos específicos, por lo que basta tan sólo con buscar la emoción contenida y liberarla, para sanar. O llegando por el otro lado, basta con conocer el órgano afectado, para saber qué emoción se contuvo.
Akasha Sanación Integral- Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco.
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