sábado, 4 de agosto de 2018

Ningún demonio te va a tentar, tu propia mente te tienta

NINGÚN DEMONIO TE VA A TENTAR. TU PROPIA MENTE TE TIENTA, PORQUE ES EL MODO MÁS CÓMODO DE SER Y DE COMPORTARSE
Gurdjieff empleaba muchos ejercicios. Uno era contradecir, en ciertas ocasiones, al mecanismo. Estás hambriento: niégalo y deja que tu cuerpo sufra. Mantente calmo y tranquilo y recuerda que es el cuerpo el que está hambriento. No intervengas; no lo fuerces a eliminar la sensación de hambre. Está hambriento; lo sabes. Pero al mismo tiempo dile: “No voy a satisfacer hoy esta hambre. ¡Pasa hambre! ¡Sufre! Hoy no voy a ir según este comportamiento habitual. Permaneceré distanciado”.

Y, si puedes hacerlo, empezarás a sentir una separación. El cuerpo está hambriento, pero de alguna forma hay una distancia entre tú y él. Si intentas mantener tu mente ocupada, no lo has entendido. Si acudes al templo y empiezas a hacer Kirtan y a cantar tan sólo para olvidar el hambre, te estás equivocando. Deja que el cuerpo esté hambriento. No ocupes tu mente tratando de escapar del hambre. Permanece hambriento, pero dile al cuerpo, “Hoy no voy a caer en la trampa”. Sigue hambriento, sufre.

Hay gente que ayuna, pero sin sentido porque siempre que ayunan intentan ocupar la mente de forma que no se perciba ni se sienta la sensación de hambre. Si no se siente el hambre, todo el esfuerzo es vano. Estás empleando trucos. Deja que el hambre se presente en plenitud, con toda su intensidad. Déjala estar ahí, no te escapes de ella. Deja que su evidencia permanezca allí, presente y mantente distanciado diciéndole al cuerpo, “Hoy no te voy a dar nada”. Así no hay ni conflicto, ni supresión, ni escape.

Si puedes hacer esto, serás consciente de una separación. Tu mente pide algo. Por ejemplo, alguien se irrita. Está enfadado contigo, y la mente empieza a reaccionar, a encolerizarse. Dile tan sólo a la mente: “No voy a caer en la trampa esta vez”. Distánciate. Deja que la ira permanezca en la mente, pero mantente distante. No cooperes, no te identifiques, y descubrirás que esta ira está en algún lugar. Te rodea, pero no está en ti, no te pertenece. Es como humo a tu alrededor. Aguarda, aguarda y espera a que te decidas y cooperes.

Se presentarán todas las tentaciones. Esto es lo que realmente significa tentación. ¿Mmm? Ningún demonio te va a tentar. Tu propia mente te tienta, porque es el modo más cómodo de ser y de comportarse. La comodidad es la tentación; la comodidad es el demonio. La mente dirá, “¡Enfádate!”. La situación se ha dado y el mecanismo está encendido. Siempre, cuando se daba la situación, te has enfadado, por eso la mente te proporciona de nuevo la misma reacción.

No es que sea malo porque la mente te hace estar dispuesto a hacer algo que has estado siempre haciendo, pero a veces salte del camino, párate y dile a la mente, “De acuerdo, la ira está ahí afuera. Alguien está enfadado conmigo. Tú me proporcionas la antigua reacción, la acción estereotipada, pero esta vez no voy a cooperar. Permanece aquí y observaré y veré que sucede”. En un instante toda la situación cambia.

Si no cooperas, la mente muere, porque es tu cooperación la que le da el dinamismo, la energía. Es tu energía, pero sólo eres consciente de ella cuando es usada por la mente. No le des cooperación alguna, y la mente se desplomará como si no tuviera esqueleto. Como una serpiente sin vida. Estará allí y por primera vez serás consciente de una cierta energía en ti 
que no pertenece a la mente si no que te pertenece a ti.

Esta energía es pura energía, y con esta energía uno puede moverse en lo desconocido.

Osho. La alquimia suprema Vol 1

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