viernes, 18 de octubre de 2019

La teoría del conflicto del grupo realista

La teoría del conflicto del grupo realista desarrolla cómo el conflicto intergrupal aparece motivado por la competición, derivada de la la escasez de bienes. También nos preguntamos cómo se soluciona y las críticas más importantes que ha recibido.
En psicología social, la teoría del conflicto del grupo realista está dentro de las teorías que enfatizan el aspecto social o grupal. Antes de adentrarnos en ella, vamos a definir algunos conceptos.
¿Qué se entiende por grupo? Según Tajfel (1982), un grupo puede definirse en base a dos tipos de criterios: externos e internos.
  • Los criterios externos son las designaciones que provienen de fuera de la propia persona («es una mujer», «es un hombre», «es un gitano», «un negro», «un psicólogo», «un político», etc.).
  • Por su parte, los criterios internos se definen por la «identificación grupal», es decir, por el grado según el cual una persona se considera miembro de un determinado grupo.
¿A qué llamamos conflicto intergrupal? Al conflicto que se produce cuando dos grupos, sociedades o naciones perciben que sus objetivos (entendidos en un sentido amplio), intenciones y acciones son incompatibles entre ellos.
El conflicto puede variar desde la divergencia en algún punto concreto (lo que no dificultaría las relaciones intergrupales en otras facetas diferentes al punto en litigio) hasta el conflicto intratable, en el que los grupos buscan la destrucción del oponente.
«En caso de conflicto, cada bando piensa que es el bueno y el otro es el malo».
-Steven Pinker-
Grupo de personas en una manifestación para representar la regla del 3,5 %

Definiendo la teoría del conflicto del grupo realista

En su trabajo de investigación, Beatriz Montes Berges (2008) dice así: «la teoría del conflicto realista (Sherif y Sherif, 1953; Sherif, 1966) propone que el factor clave para comprender las interacciones intergrupales es la competición por unos recursos limitados o unas metas incompatibles, es decir, metas que solo un grupo puede lograr».
Esta competición generaría una situación de conflicto entre los grupos que solo se reduciría mediante unas metas supraordenadas que únicamente se pueden conseguir cooperando. Así, desde su punto de vista, el prejuicio tenía sus raíces en los conflictos de intereses, reales o percibidos, entre un grupo y los otros.

El paradigma experimental de Muzafer y Sherif

Sherif y Sherif Muzafer y Carolyn Wood Sherif realizaron un trabajo con grupos de preadolescentes (11-12 años) publicado en 1.953. A lo largo de tres semanas, hicieron pasar a los grupos por tres etapas. Previamente se realizaron actividades cooperativas entre todos los participantes con el fin de establecer una relación de amistad entre ellos.
Después, en la primera etapa (formación de grupo), se separó a los muchachos en dos grupos tratando que quedasen en grupos distintos aquellos que habían establecido amistad. Cada grupo realizó tareas en las que era necesaria la participación grupal para conseguir los objetivos fijados.
En la segunda etapa (conflicto intergrupal) se realizaron actividades competitivas entre ambos grupos en las que solo uno podía alcanzar el objetivo. En esta etapa, aparecieron actitudes claramente hostiles entre los miembros de los grupos.
«La vida en sociedad requiere consenso como condición indispensable. Pero el consenso, para ser productivo, requiere que cada individuo contribuya de manera independiente a partir de su experiencia y comprensión».
– Solomon E. Asch-
Finalmente, se abordó una tercera etapa (reducción del conflicto) en la que se desarrollaron actividades con metas que sobrepasaban la capacidad de cada uno de los grupos por separado (metas supraordenadas), de tal manera que tenían que cooperar para conseguirlas (previamente se había fracasado intentando reducir el conflicto mediante información sobre el otro grupo, razones morales para ello o por mero contacto).
Este trabajo paradigmático muestra cómo las personas actúan de modo intergrupal, es decir «en términos de su identificación de grupo» (Sherif, 1966). En un principio la interacción es libre entre todos los jóvenes por lo tanto se relacionan «en términos de su identificación individual», pero la mera pertenencia a un grupo trastoca esa situación pasando de ser individuos a miembros del grupo X.

¿Qué supone para la teoría del conflicto del grupo realista?

El planteamiento de los Sherif sobre la teoría del conflicto del grupo realista asume que las actitudes y comportamientos son un reflejo de los intereses que persiguen en cada momento los grupos. Estos intereses pueden ser:
  •  Incompatibles: situación conocida como «suma cero» (la satisfacción de intereses por parte de un grupo -el logro de sus objetivos- impide que el otro grupo satisfaga los suyos).
  • Compatibles: la satisfacción de los intereses de un grupo no interfiere en la satisfacción de los intereses del otro grupo (la consecución de objetivos diferentes para distintos grupos es posible).
A su vez, estos intereses dan lugar a tres tipos de relaciones funcionales entre los grupos:
  • Relaciones de competición: cuando los intereses son estrictamente incompatibles.
  • Relaciones de independencia: cuando los intereses son estrictamente compatibles.
  • Relaciones de cooperación: cuando los intereses son compatibles, pero cada grupo no puede satisfacer por sí mismo sus intereses, es necesario el esfuerzo conjunto para ello.
«El equilibrio no significa evitar conflictos, implica la fuerza para tolerar emociones dolorosas y poder manejarlas».
-Melanie Klein-

¿Qué clave proponen estos autores para la resolución de los conflictos?

En la teoría del conflicto del grupo realista, la clave para la resolución de conflictos reside en la creación de metas supraordenadas. Esta medida contiene importantes dificultades. Una es encontrar en la vida real metas de este tipo e implicar en una acción conjunta a grupos antagónicos y con una larga historia de enfrentamientos.
Por otro lado, el empleo de esta medida debe realizarse en condiciones que garanticen el éxito final de la operación, ya que en caso contrario se agudizarían aún más las discrepancias entre los grupos, culpabilizándose mutuamente del fracaso.
Peones de ajedrez

Críticas a los estudios de Sherif y Sherif

1.- En estas experiencias la cooperación se salda con el éxito de la tarea. Pero, en la vida real no es fácil encontrar metas supraordenadas y menos aún tener garantía de que se pueden alcanzar con éxito.
2.- Más que una cooperación entre dos grupos diferentes, lo que se ha creado es una nueva situación en la que las personas actúan como miembros del mismo grupo, de un grupo de mayor tamaño. Este hecho, por otra parte, tiene otra consecuencia: se pueden perder las características propias del grupo original, lo que puede convertirse en una amenaza para su identidad colectiva.
3.- Se critica la premisa del estudio: el conflicto es siempre negativo y debe ser erradicado, planteamiento que resulta inadecuado en situaciones de injusticia y desigualdad. Habría que probar si en contextos de dominación-sumisión se consigue la cooperación, ya que los estudios se han realizado solamente con grupos de nivel similar.

Conclusiones finales sobre la teoría del conflicto del grupo realista

Evidentemente, uno de los problemas más importantes de la teoría del conflicto del grupo realista es que supone que los grupos sociales están en igualdad de condiciones para competir por los recursos. Sin embargo, fuera de los campamentos de verano, donde los investigadores desarrollaban sus experimentos, las relaciones entre los grupos son más complejas, caracterizadas por la existencia de grupos dominantes con acceso desproporcionado a los recursos materiales y simbólicos.
Esto les permite “reaccionar” más rápidamente ante las amenazas y poner en marcha mecanismos de control social para perpetuarse en su posición privilegiada. Quizá es precisamente por ello que los desarrollos posteriores de la teoría del conflicto del grupo realista dirigen su atención al análisis de la percepción de los exogrupos en tanto amenazas.
Otro de los problemas importantes es que supone una relación directa entre conflicto de intereses y hostilidad intergrupal. Sin embargo, nuestra intuición nos recuerda que, aunque muchas personas se ven injustamente despojadas de sus derechos, esto no necesariamente se traduce en hostilidad en contra del grupo o los grupos «amenazantes» o privadores.
Mariám Carrero


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