Tenemos dos alternativas en la vida…
1- Reaccionar ante una situación, en cuyo caso nuestras almas finalmente se resistirán a la energía de INTEGRIDAD, dejándonos en la dimensión de la DES-INTEGRIDAD .
2- Restringir proactivamente a nuestro deseo de reaccionar, conectándonos así con la dimensión de la INTEGRIDAD .
La opción número 2 elimina el Pan de la Vergüenza, despejando de esta manera el camino para que la INTEGRIDAD llene nuestras vidas en una determinada situación.
Dicho de otra forma: en el instante en que nos restringimos a reaccionar, estamos transformando un aspecto particular de nosotros mismos, lo cual es el propósito de nuestra existencia. Automáticamente nos conectamos con la dimensión de la INTEGRIDAD y desde allí se irradia la medida adecuada de energía Íntegra.
En el momento de nuestra reingeniería entramos en contacto con la dimensión de la INTEGRIDAD.
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