La vida es un boomerang, la ley de causa-efecto es la que dirige el Universo y comanda nuestras vidas. No podemos escapar de eso.
Puede ser que nos guste o no, que nos enoje o no, que lo aceptemos o neguemos, pero eso no cambiará de ninguna manera que siga provocando efectos en nuestras vidas.
La crítica y el juzga-miento que usamos cuando nos expresamos o pensamos, son energías tan oscuras y dañinas que logran ensombrecer nuestro destino, y cuando queremos acordarnos, nos encontramos sufriendo y viviendo una vida infeliz.
Cuando nos convertimos en activo puente para pasar chismes, o -lo que es peor- cuando somos la fuente emisora de los mismos.
Tenemos que saber que estamos siendo objeto de la manipulación espiritual, que estamos siendo usados por energías bajas ( bajo astral) que se alimentan de ese mecanismo tan dañino y destructivo.
Se genera la enfermedad, ensucia las células espirituales y graba en el ADN información que ha de convertirse en causa de sufri-miento.
Si limpiamos nuestro espíritu, sanamos nuestra mente.
Si sanamos la mente, nuestro cuerpo simplemente nos seguirá.
Si logramos espíritu, mente y cuerpo sano, la felicidad nos acompañara sin duda alguna.
Puede ser que nos guste o no, que nos enoje o no, que lo aceptemos o neguemos, pero eso no cambiará de ninguna manera que siga provocando efectos en nuestras vidas.
La crítica y el juzga-miento que usamos cuando nos expresamos o pensamos, son energías tan oscuras y dañinas que logran ensombrecer nuestro destino, y cuando queremos acordarnos, nos encontramos sufriendo y viviendo una vida infeliz.
Cuando nos convertimos en activo puente para pasar chismes, o -lo que es peor- cuando somos la fuente emisora de los mismos.
Tenemos que saber que estamos siendo objeto de la manipulación espiritual, que estamos siendo usados por energías bajas ( bajo astral) que se alimentan de ese mecanismo tan dañino y destructivo.
Se genera la enfermedad, ensucia las células espirituales y graba en el ADN información que ha de convertirse en causa de sufri-miento.
Si limpiamos nuestro espíritu, sanamos nuestra mente.
Si sanamos la mente, nuestro cuerpo simplemente nos seguirá.
Si logramos espíritu, mente y cuerpo sano, la felicidad nos acompañara sin duda alguna.
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