viernes, 25 de octubre de 2019

La sabiduría abre cualquier puerta.


Pasaporte.
Pasa la puerta.
Sin pasaporte no puede pasar.
Por mucho que insista.
Por mucho que llore.
Por mucho dinero que tenga.
Por mucho que lo desee.
Este es el mundo de las puertas.
Y todas se pueden abrir.
Si tenemos la llave correcta.
El pasaporte para poder pasar.
A veces salimos de casa precipitadamente y luego nos damos cuenta de que dejamos la llave adentro.
Entonces deseamos con todas nuestras fuerzas entrar a nuestra casa.
Pero por más que lloremos y nos lamentemos no funcionará.
Por mucho que golpeemos o toquemos timbre la puerta no se abrirá.
La sabiduría abre cualquier puerta.
La serenidad permite encontrar el acceso.
Abrir la puerta hacia la salud infinita.
Abrir la puerta hacia la belleza.
Abrir la puerta hacia el éxito supremo.
Abrir la puerta hacia la libertad.
Abrir la puerta para salir de la prisión.
El rey Salomón sabía que la sabiduría era la más preciosa de las posesiones.
Y por eso se la pidió a Dios.
Porque sabía que podría abrir todas las puertas.
Se trata de un pasaporte que permite pasar todas las puertas en todas las dimensiones.
No se accede a la salud sin sabiduría.
Ni a la paz.
Ni a la felicidad.
Por eso una escuela de este tipo tiene un valor infinito.
Que pocos consiguen ver.
Aunque la tengan frente a sus ojos.
Porque el maestro aparece cuando el discípulo está pronto.

-Martín Macedo-

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