Hace unos días una joven psicóloga me escribe: "Martín, necesito saber si tengo posibilidades de curarme....porque estoy haciendo un gran esfuerzo para seguir esta dieta".
Y yo le respondo: es como si alguien que entrena en el gimnasio le dijera a su entrenador....."estoy haciendo un gran esfuerzo en tu gimnasio....necesito garantías de que voy a lograr un cuerpo fuerte y atractivo".
Cada día salgo a caminar y a ejercitarme a la bella rambla de Montevideo.
Allí se junta mucha gente.
Algunos corren, otros patinan, otros pasean a sus mascotas o juegan con sus niños a la pelota.
Se los ve felices....aunque sus músculos se tensen y caigan gotas de sudor por sus caras.
En los espacios verdes algunos entrenan junto a sus profesores que llevan diversos implementos para saltar o esquivar...
Nadie se está esforzando en la rambla.
Tal vez los que no tienen el hábito del ejercicio.
"Estoy haciendo un gran esfuerzo para correr por aquí"
"Estoy haciendo un gran esfuerzo patinando cada tarde junto a mi grupo de práctica".
"Estoy haciendo un gran esfuerzo paseando a mi perro y para colmo debo recoger sus excrementos y buscar un lugar apropiado donde dejarlos".
Le digo a esta joven que más de mil millones de chinos se nutren en base a la macrobiótica desde hace diez mil años.
Es algo normal, no es para nada un esfuerzo.
Nutrir al cuerpo con los mejores alimentos no es un esfuerzo.
Es un acto de amor.
Es un acto de respeto a nuestro precioso templo.
Pero el ego lo percibe como un esfuerzo y hace cálculos sobre las ganancias que se obtendrán.
El amor disfruta de la práctica.
Se divierte con la macrobiótica.
Se divierte patinando.
Se divierte jugando con los niños.
Pero el ego se pregunta si vale la pena el esfuerzo.
Entonces.... ¿qué quiere el ego?
Llegar a la conclusión de que no vale la pena tanta dedicación y trabajo.
Y si no vale la pena lo que sigue es la gratificación sensorial.
Si total no me voy a curar...¿entonces para qué tantas privaciones?
"Voy a darme el gusto, voy a descansar, voy a disfrutar de mis placeres favoritos porque la vida es corta".
-Martín Macedo-
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