miércoles, 19 de junio de 2019

Las creencias limitantes


Algunos tipos de cáncer son catalogados de muy agresivos.
Las formas más benignas crecen más lentamente.
Pero los tipos más agresivos lo hacen rápidamente invadiendo órganos vecinos.
¿A qué se debe esta agresividad?
¿Cuál es el origen de ese comportamiento destructivo?
La ciencia no tiene respuestas por el momento.
Se limita a tratar a las formas agresivas con mayor agresividad.
Cuanto más agresivo es el cáncer más agresivo el tratamiento.
Y la recomendación es de reforzar las proteínas animales y los lácteos para estar fuertes y resistir mejor los efectos secundarios.
Por el momento esto sigue siendo un misterio.
Sin embargo cuando empleamos nuestro compás de Yin y Yang como lo llamaba Ohsawa podemos tener una orientación y llegar a entrever sus orígenes profundos.
La agresividad es yang.
El comportamiento agresivo es más activo, dinámico.
¿De dónde surge esa dinámica tan intensa del tumor?
Esa energía yang proviene de la alimentación del enfermo.
Los alimentos demasiado yang crean y sostienen la agresividad.
Agresividad en todo sentido...en el comportamiento, en la forma de hablar, en la forma de actuar, en el tipo de respuestas y en la interacción con otras personas.
Las personas agresivas toman muchas proteínas animales.
Entonces están muy activos...y esa actividad exacerbada proviene de su dieta.
Se ha determinado que las células malignas consumen 10 veces más azúcar que las células saludables.
El azúcar es yin.
Entonces cuanta más proteína animal se toma, mayor es la avidez por azúcar.
Porque se busca crear un equilibrio, aunque precario y tóxico.
Así cuanta más proteína se consume más agresivo el comporta-miento del cáncer.
Y por esa razón los cánceres más agresivos en general afectan a las personas jóvenes y vigorosas.
Gracias al compás yin yang podemos ofrecer una orientación y detener el creci-miento del tumor en forma instantánea.
Basta con suprimir del todo los alimentos de origen animal.
La agresividad cesa de inmediato.
Se instala la paz de la mente y del cuerpo.
El yang se convierte en yin.
Y los deseos compulsivos por azúcar se suprimen sin esfuerzo.
Así el cáncer queda sin combustible.
El motor que mueve esta maquinaria auto destructiva se apaga repentinamente.
Pero los especialistas recomiendan enfáticamente una nutrición de alta proteína.
Se trata de una creencia.
Una creencia omnipotente que crea problemas interminables.

-Martín Macedo-

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